El analista político y profesor de ciencia política, Ángel Rosa, afirmó que “el plebiscito del domingo 11 de junio está muerto por la pechuga”.
“Los que están familiarizados con el deporte del pico y las espuelas, de los gallos, saben que cuando un gallo tiene el tino de pegarle un espuelazo en el buche al otro y lo hiere de muerte, ese gallo todavía da unos brincos y todavía trata de defenderse. Poco a poco va terminando su vida y la pérdida es irreparable y por lo tanto no se levanta, y todo el mundo dice, ’está herido por la pechuga, ese no se levanta’. Así está el plebiscito, muerto por la pechuga”, puntualizó Rosa ayer en su programa radial en WKAQ 580.
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Las declaraciones surgen a sólo 11 días de que se lleve a cabo la consulta de estatus político en la isla, que se impulsó a través de la “Ley para la Descolonización inmediata de Puerto Rico”.
El también exsenador por el PPD enfatizó en que el “no tiene la participación de los grupos políticos principales del país, con excepción del PNP, que lo legisló, lo fabricó, que lo usa y que lo recomienda, como decía Cuca Gómez. Fuera de eso, lo más que ha logrado el gobernador es la participación de grupos de agua que se han organizado bajo el supuesto de que representan la independencia y la libre asociación”.
El gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, afirmó la pasada semana que el plebiscito “es un proceso válido” y que cuenta con el aval del gobierno federal de Estados Unidos.
Sin embargo, el gobierno de Puerto Rico no ha recibido aún una carta del Departamento de Justicia federal, certificando el diseño enmendado de la papeleta del plebiscito y las definiciones incluidas, luego del revés judicial a mediados de abril.
Dicha determinación sobre si el plebiscito cumple con las normas constitucionales y de política pública del gobierno federal es necesaria para que el gobierno de Puerto Rico reciba –de acuerdo a una ley federal de 2014– unos $2.5 millones en fondos federales que ayudarían a mitigar los costos de la consulta.
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“La realidad es que ni con un médico chino, renace el muerto del plebiscito”, afirmó Rosa.
Sobre los gastos, el director de la Oficina de Gerencia y Presupuesto (OGP), José Iván Marrero Rosado, reiteró que la Comisión Estatal de Elecciones (CEE) tiene asignado, hasta el momento, $6,990,865 de los $7.5 millones que se necesitan para celebrar el plebiscito.
Además de que el gobierno de Estados Unidos no se ha expresado –al momento– a favor de la consulta, el proceso eleccionario no cuenta con el apoyo del Partido Popular Democrático (PPD), el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), Alianza Patria, Alianza Pro Libre Asociación Soberana y el Junte Soberanista, que promueven un boicot al plebiscito.
“Cuando trataron de remendar chapuceramente la Ley, que ya estaba mal hecha y que Washington le señaló (al gobierno de Puerto Rico) que no cumplía, perdieron lo que les quedaba de aliados políticos”, señaló el analista político, añadiendo que“la realidad después de todo eso es que el plebiscito no tiene realmente ningún consenso del país de que va a ser conducente a ningún adelanto de ningún asunto que tenga que ver ni con la estadidad, ni con el estatus político”.
Pese a que el proceso ha sido criticado duramente por los opositores del colectivo que ocupa el poder gubernamental, el liderato del PNP continúa realizando eventos de campaña en distintos puntos de la isla, con los fines de promover la participación de la ciudadanía en el plebiscito.
“Esta es una lección que deben aprender los que están gobernando. Las campañas políticas no lo son porque lo diga una ley, lo son porque hay un convencimiento de las sociedad de que ese proceso es legítimo”, apuntó Rosa, añadiendo que un proceso de esta índole es exitoso, cuando incluye la participación de las “diversas fuerzas políticas” y convergencia de los distintos grupos políticos en las campañas.
“El resultado real (del plebiscito) es meterle un golpe de gracia a la estadidad, que va a quedarse sin legitimidad en las urnas, aunque saque el 100 por ciento de los votos. En Washington no le van a comprar el cuento de que votando menos de los que votaron en 2012 y no votando nadie más, esto realmente es un triunfo para la estadidad”, reiteró el profesor.