Jacobo Rondón, de 14 años, y su madre, quien es ornitóloga, empezaron en marzo del 2020 a divisar, contar y registrar las aves que veían en El Carmen de Viboral, la pequeña ciudad colombiana donde viven. Usando binoculares y una cámara prestada, se las ingeniaron para generar un lindo proyecto de ciencia.
Cuando las clases pasaron a ser virtuales por la pandemia del coronavirus, lo que había sido un simple proyecto escolar se transformó en una misión personal: Una guía fotográfica e ilustrada de las aves de la zona, que el muchacho piensa donar a un centro cultural local.
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Espera que la guía inspire a otros a ayudar a preservar las aves, “sobre todo los jóvenes, porque son los que vamos a estar aquí después de años”, dijo Rendón. “Y vamos a ser los responsables de nuestro planeta”.
Una organización sin fines de lucro, Action for Nature (Acción por la Naturaleza), lo incluyó en su lista de ganadores de su Premio Internacional para Jóvenes Eco-Héroes, que reconoce a los jóvenes que luchan por “resolver los problemas medioambientales más graves del mundo”.
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La reacción fue abrumadora.
Después de que publicó un video de su proyecto en las redes sociales, le llovieron donaciones que no había solicitado y mensajes de aliento de extraños de todo el mundo. Un fotógrafo profesional especializado en la naturaleza le ofreció una lección gratis.
Cuando Rendón se puso a dibujar las aves para recaudar fondos para su proyecto, recibió pedidos que lo mantuvieron ocupado por meses. En tan solo un par de semanas recaudó más de 1.000 dólares para comprar su primera cámara, marcadores de colores y otros materiales.
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“Que la gente apoye estos proyectos significa que la gente es generosa. Que le apuesta a algo por el medio ambiente. Que se sensibiliza por las personas, digamos, pequeñas, como yo”, comentó el muchacho.
Rendón dice que conoce a decenas de aves por su nombre y que lleva tiempo dibujándolas después de la escuela. En una entrevista virtual con video, usó los nombres científicos de varias de ellas y mostró algunas de sus ilustraciones favoritas, incluida la que abre su guía —de una tangara flamígera— y otra de un gavilán.
Johana Reyes Herrera, la madre de Rendón, dijo que se siente orgullosa de su trabajo para concientizar a la gente en una de las naciones con mayor biodiversidad del planeta.
“Ese siempre ha sido como el lema de nuestro hogar, de nuestra familia, el poder servir a la comunidad”, expresó Reyes Herrera. “El hecho de que lo haga y esté afinado con ese pensamiento nos hace muy felices a su papá y a mí también”.
