Esta semana dos empleados de un restaurante en la zona turística de El Condado fueron asesinados. Hace unos días asesinaron un turista en Isla Verde y hace más de un mes, dos turistas fueron asesinados en la Calle Loíza. Antes de todo esto, otro turista fue asesinado en La Perla durante el 2021. Esto generó la cíclica discusión de si Puerto Rico es una isla segura y el mensaje que se envía a los que piensan visitarnos.
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Estipulamos que no es un buen mensaje el que se envía, pero tampoco es algo apocalíptico. El término de seguridad es uno muy sugestivo porque todos tenemos distintas emociones. Hay quien tiene la osadía de lanzarse de cabeza en un charco a 50 pies de altura y otras personas, por temor, no. Pues algo así veo el tema de la seguridad y cómo puede ser percibido de distintas maneras por distintas personas. Para mí, para Alex Delgado, Puerto Rico no es un lugar 100 % seguro, pero es bastante seguro.
Echando un vistazo a los 20 países más inseguros del mundo, en nuestra región solo aparecen Haití y Venezuela. Claro, las consideraciones para determinar la seguridad van más allá de la tasa de asesinatos, pero cuando planteamos “en Puerto Rico ya no se puede vivir” por la cantidad de homicidios, pues es una exageración.
Muchos hermanos se van de la isla a Estados Unidos porque se sienten más seguros allá. A ver: en Estados Unidos han ocurrido masacres en cines, discotecas, universidades, escuelas elementales, oficinas de gobierno, y otros. ¡Ah!, y pasa con frecuencia. La peculiaridad de esos crímenes es que los asesinos salen a matar al que sea, no buscan una tarjeta específica para ajustar alguna cuenta, solo abren fuego indiscriminadamente contra cualquier ser que respire. Para comparer, aquí solo recuerdo la masacre de la Tómbola en el 2009. ¿Cuántas han ocurrido en Estados Unidos desde ese año?
En el 2022, de 3.1 millones de habitantes, 567 personas fueron asesinadas, según datos de la Policía. Ahora bien, las víctimas de casi todos los asesinatos en Puerto Rico son personas que eran la tarjeta de los victimarios. Con esto lo quiero decir es que no existe hoy una problemática de forajidos abriendo fuego frecuente e indiscriminadamente y a mansalva en fiestas patronales, La Placita, en el Viejo San Juan, etc. como para decir que no se puede salir.
Tampoco quiero minimizar 500 o 600 asesinatos al año porque son seres humanos los que pierden la vida, pero tampoco es que tenemos los Mara Salvatrucha en nuestras calles.
Yo viajo con alguna frecuencia. Uno de los lugares más hermosos que he visitado es Ciudad de México. En ningún momento me sentí inseguro y quizás la única preocupación fue ser víctima de los carteristas, algo que resolví guardando la cartera en bolsillo frontal del pantalón. En Barcelona, España, me hospedé en un hotel en el mismo centro de La Rambla y por allí caminé. Años más tarde aquello fue escenario de uno de los ataques terroristas más trágicos de Cataluña cuando un joven entró en el paseo peatonal, en una camioneta arrollando turistas y locales. Dieciséis muertes y un centenar de heridos y mutilados. Un 11 de marzo hubo 10 explosiones en Madrid matando 193 inocentes y dejando sobre 2,000 heridos. París: 130 muertos y más de 400 heridos por el atentado del 2015. Para 2017 hubo tres explosiones en los metros de Londres y una en un autobus: 52 muertos y más de 400 heridos. ¿Puede ocurrir de nuevo? Sí, porque son atentados por situaciones políticas internacionales y religiosas.
¿Han dejado de ir turistas a estos países? La respuesta es que no. De hecho, luego de los ataques del 9-11 en la ciudad de Nueva York, un grupo terrorista desarrolló un plan para volar con bombas los trenes subterraneos de la ciudad, pero lograron detectarlos a tiempo. ¿Pueden volver a intentarlo? Sí. Si va a descartar cada destino por elementos de seguridad, pues no saldría de esta isla casi nunca.
Ahora bien, quedándonos en Puerto Rico, veamos. En todos los países ocurren incidentes desgraciados y por más que queramos creer que somos el ombligo del mundo, no lo somos. Vivimos lo mismo que se vive en otras partes. No obstante, también tenemos responsabilidad individual de cuidarnos y evitar exponernos a situaciones riesgosas por lugares y horarios. Eso no es garantía de nada, pero reduce riesgos. Cuando fui a México ni me acerqué a Tepito, una comunidad donde hasta la policía teme entrar.
Tomo de ejemplo los casos de los turistas con los que inicio este escrito. Los dos jóvenes peruanos tristemente fallecieron en un jangueo casi a las 4 de la mañana. Estaban en el lugar menos indicado y sobre todo en el momento menos indicado. En el caso de la historia del turista de Isla Verde, la tragedia ocurrió tras una pelea del turista y dos familiares contra un joven que trabajaba en Casa Cuba. En el caso del desaparecido en La Perla, este bajó al barrio, presuntamente a buscar drogas y se puso a fotografiar, ignorando las advertencies de que no podía hacerlo. ¿Se pudieron evitar estas tragedias? Al menos el riesgo sí se podia reducir, pero es uno mismo quien tiene la obligación, por su propia seguridad, de reducir los riesgos, aquí en Puerto Rico y cuando visitamos otros destinos.
En el caso del restaurante en El Condado, evidentemente todo apunta a que fue una riña entre el victimario y las víctimas. Ocurrió allí y puede haber ocurrido en otro negocio en la isla.
Una encuesta de NotiUno 630 apuntó a que el 53 % de los participantes, a raíz de lo ocurrido en el restaurant, indicaron evitarían salir y el 47 % indicó que continuarían sus salidas porque son cosa que pueden ocurrir en cualquier lugar. Yo me identifico con ese 47 %. Continuaré saliendo como de costumbre. Lo que ocurre aquí ocurre en casi todas partes. Obviamente, como le ha ocurrido a todos, supongo, he estado en lugares públicos abiertos y de masas, si veo que el ambiente se pone pesado, arranco y me voy. Esa es la responsabilidad que tenemos todos, de medir y evitar riesgos.
Aún con lo que ocurre, yo no me siento inseguro en la isla. Hace dos semanas estuve en Boquerón, Peñuelas y Yauco, todo tranquilo. El fin de semana pasado estuve en Utuado, Jayuya y todo tranquilo. Este fin de semana volveré a salir y lo seguiré haciendo. Cuando vea algo que no me sienta bien, me voy. Nuevamente, eso no quiere decir que no me ocurrirá algo, pero al menos los riesgos los reduzco. Quien piense que aquí no se puede vivir pues tiene dos opciones, mudarse de la isla o enclaustrarse en su casa.
Concluyo indicado que tampoco le podemos quitar responsabilidad al gobierno, desde La Fortaleza hasta la Legislatura. La Policía de Puerto Rico, el Departamento de Justicia y el sistema judicial necesitan el personal y los recursos para atender la delincuencia. Aún así mi respeto y agradecimiento a todos los que combaten el crimen con los pocos recursos que tienen, que hacen de tripas corazones, comenzando por los miembros de la Policía de Puerto Rico.
Aún con las cosas que ocurren, no me siento inseguro en Puerto Rico como para enclaustrarme en mi casa y no salir. Aunque no hay garantías de que no ocurrirá algo, como en todas partes, pues tomo las medidas para reducir riesgos, pero cada cual actúe como mejor se sienta. Nuevamente, decir que en esta isla no se puede vivir porque hay altas probabilidades de perder la vida, pues es su opinión… y en la mía es una exageración.