El 3 de noviembre de 2022, publique una columna en este rotativo titulada ¿Se repetirá la Mogolla? Haciendo alusión a los paralelismos entre el alegado junte del PIP y MVC para las elecciones del 2024, y el junte logrado en 1940 para formar el Partido Unificación Tripartita. A este último se le conoció como La Mogolla, y recalque en dicho artículo que su paralelismo principal entre ambos estriba en el reconocimiento público de sus lideres. No obstante, advertí en ese momento que “el fracaso de La Mogolla en las elecciones del 1942 advino, entre otras cosas, por pensar que, al tener grandes líderes con reconocimiento, el pueblo votaría por ellos. Pero entre ese liderato y el pueblo había un gran abismo, una desconexión.”. Bueno pues, aparentemente La Mogolla se repetirá, no sabemos si por vía judicial, legislativa o acuerdo ad hoc, pero se repetirá.
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De entrada, La Mogolla admite sus primeras dos derrotas antes de ni siquiera tirar el primer lanzamiento. Aunque preparan sus cañones legales para impugnar el Código Electoral del 2020 en los tribunales, y a su vez traen en su arsenal enmiendas al mismo Código en la legislatura, ya van dando discursos públicos de que ambos esfuerzos fracasarán en la orilla del siempre potente y todo poderoso enemigo del bipartidismo.
El discurso de La Mogolla es claro, para ellos el problema de Puerto Rico es el bipartidismo, y ellos son los únicos que pueden derrotarlo. Así, intentan atraer detrás del reconocimiento público de sus líderes a todos aquellos ciudadanos frustrados con el fracaso de los gobiernos anteriores para venderles la idea que los votantes les vendan sus conciencias para sacar al PNP y al PPD. Ahora bien, ese discurso es uno errado, pues el problema de Puerto Rico no es el bipartidismo, el bipartidismo es solo un síntoma. El problema de PR no son el PNP o el PPD. Ambos son como la quiebra, hay que acabar con ella, pero no son el problema, son solo las consecuencias del problema.
El problema de fondo de Puerto Rico ha sido la implementación de una política pública errada en donde el Estado, y sus estructuras gubernamentales, son el centro de nuestro universo isleño. El bipartidismo existe como síntoma, pues la enfermedad de un Estado benefactor a ultranza, a quienes acuden todos, incluyendo la empresa privada, para obtener sus dádivas, lo perpetúa.
Tanto el PNP y el PPD se han negado a tratar la enfermedad porque son hijos de ella. Son hijos de la dependencia de ese Estado benefactor a ultranza, y han sido siempre dirigidos por caudillos que tratan de funcionar como déspotas ilustrados. Por consiguiente, la perpetúan. El problema es que los líderes de La Mogolla PIP/MVC, lejos de promover una cura para la enfermedad del bipartidismo, lo que ofrecen es perpetuar la enfermedad en potencia. Esto es, si nuestra enfermedad ha sido una política pública, donde el Estado es la solución para todo, MVC/PIP lo que les ofrecen es hacer mas potente la enfermedad. El resultado será, la substitución de un síntoma por otro.
En Proyecto Dignidad, nuestra alianza es con el pueblo. Con ese pueblo que busca poder tener la capacidad de emprender, criar una familia, trabajar y crecer como comunidad y como persona con la menor intervención del Estado en sus vidas. En donde el Estado sea un ente que establece de manera general un ambiente de seguridad y sosiego en donde todas las personas puedan tener las mismas oportunidades y responsabilidades para vivir con calidad de vida.