Opinión

Juan Manuel Frontera: Ni pie Ni cabeza

Lee aquí la columna de opinión del vicepresidente de Proyecto Dignidad.

Portada de la columna de Juan Manuel Frontera Suau, con su rostro y cargo en el partido Proyecto Dignidad.
Juan Manuel Frontera Suau columnista Juan Manuel Frontera Suau.

A finales de agosto de este año, el gobierno anunciaba con bombos y platillos la firma del contrato de alianza público-privada para la concesión de los puertos de cruceros en San Juan con la compañía San Juan Cruise Port (SJCP, por sus siglas en inglés), subsidiaria de Global Port Holdings (GPH, por sus siglas en inglés). En ese magnánimo evento, una de las “virtudes” exaltadas por el gobierno sobre dicho acuerdo era que SJCP invertiría $400 Millones en la infraestructura de los muelles de turismo. No obstante, como siempre, el diablo está en los detalles, y, a veces, los detalles no cuadran. De hecho, desde dicho anuncio, a los números no se les puede perder “ni pie ni pisá, pues no tienen “ni pie ni cabeza”. En dicha fecha, al detallar las alegadas inversiones de SJCP en la infraestructura de los muelles, se informó que la misma sería de $197 millones en proyectos de expansión y $122 millones en mejoras capitales. Ambas cifras dan a $319 millones, no $400 millones.

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No obstante, en uno de los rotativos del país, hace una semana, el señor Joel Pizá Batiz, director de la Autoridad de Puertos, expresó que SJCP tiene que dar un pago inicial para el cierre de la transacción de $75 millones en efectivo, y, luego, la compañía tiene que demostrar un compromiso financiero para levantar en 24 meses entre $60 a $70 millones para hacer reparaciones inmediatas a los muelles. A su vez, expresó Pizá, el otro compromiso es la construcción de nuevos terminales. Según Pizá, la suma de todas estas inversiones por parte de SJCP durante los 30 años de contrato es de $300 millones. El contrato provee para que Puertos reciba un pago del 5 % anual de la ganancia bruta que tenga SJCP por el manejo de los muelles.

Ahora bien, integremos el sumar y pensar. De $400 millones anunciados, el mismo día de la fanfarria se redujo a $329 millones, y a dos meses de la firma del contrato vamos por $300 millones de inversión total por parte de la compañía privatizadora durante el término completo del contrato. Dando lo anterior como cierto, el gran contrato de privatización de los muelles de turismo de San Juan representa para Puerto Rico una insignificante inversión de $10 millones anuales en los puertos por un periodo de 30 años. Así, el valor presente de esos $300 millones de inversión, siendo generosos, puede rondar los $175 millones. El ingreso anual que recibe la Autoridad de los Puertos por la operación de los mulles turísticos de San Juan ronda en un aproximado de $30 millones.

Así, Puertos está dejando de recibir $30 millones anuales, para recibir una inversión promedio de $10 millones anuales, y asumiendo que SJCP duplica desde el principio las ganancias brutas en la operación de los puertos, el 5 % de esa ganancia bruta duplicada sería de $3 millones anuales, para un total, entre ganancias e inversión, de $13 millones anuales. En el último análisis, el gran negocio de los puertos turísticos de San Juan le va a generar una pérdida al pueblo de Puerto Rico de $17 millones.

El resultado neto de este contrato de alianza público-privada es que la Autoridad de los Puertos dejará de recibir el dinero que recibía por la operación del puerto a cambio de nada. El asunto se complica aún más porque Pizá Batiz advirtió que las inversiones programadas bajo el contrato por parte de San Juan Cruise Port podrían empañarse por asuntos como la inflación y el aumento en los intereses. Sin contar que parte de las inversiones en mejoras de infraestructura y construcción de nuevos puertos podrían venir de fondos federales de reconstrucción, minimizando la inversión requerida al operador privado. Nada, que, como ven, esto no tiene ni pie, ni cabeza, ni pisá.

Con su actuar, la presente administración está socavando las bondades de las alianzas público-privadas mediante procesos negligentes, llenos de cuestionamientos y sin sentido. Puerto Rico se merece un mejor futuro.

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