Encaminado a su 60 aniversario en medio de la mar de retos que –como el resto del país– ha tenido que enfrentar en el último lustro, el Centro Médico batalla además con una serie de deficiencias estructurales en su operación fiscal que, de no atenderse, pudieran comprometer la excelencia que por décadas ha mantenido como el principal complejo médico en Puerto Rico.
Si bien es cierto que, como instituciones públicas, los distintos hospitales que ubican en el enorme complejo de 227 cuerdas tienen como misión ofrecer servicios independientemente de la capacidad económica de los pacientes, el costo que implica la operación ha derivado en unos déficits fiscales anuales que no han podido ser mitigados por las asignaciones provenientes del fondo general del gobierno central.
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“No es un negocio para hacer dinero, la salud no tiene precio y más cuando es un centro que le pertenece al pueblo de Puerto Rico. Esto es algo que con el mismo gobernador (Pedro Pierluisi) lo hemos discutido y él está bien claro. No podemos pretender que ASEM (Administración de Servicios Médicos) haga dinero. Tenemos que buscar la manera de cerrar la brecha (fiscal) lo más posible y asignarle los fondos necesarios”, expresó Jorge Matta González, director ejecutivo de ASEM, la corporación pública encargada de proveer distintos servicios de apoyo a los hospitales y entidades que componen el Centro Médico y de operar directamente varias de las instituciones.
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Del memorial explicativo de presupuesto sometido a la Asamblea Legislativa más temprano este año se desprende, por ejemplo, que en el año fiscal 2020 ASEM generó unos $114.6 millones en fondos propios, pero los gastos ascendieron a $211.9 millones, para una pérdida de $97.3 millones, que fue reducida parcialmente por los $71.9 millones que se recibieron del fondo general. El déficit acumulado entre los años fiscales 2017 al 2020 –al tomar en consideración las asignaciones del gobierno central– ronda los $105 millones, al tiempo que ASEM proyectaba una pérdida neta de sobre $68 millones para el año fiscal 2021.
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El presidente del Colegio de Médicos Cirujanos, Víctor Ramos, mencionó que, incluso a pesar de las complicaciones financieras, el Centro Médico ha logrado continuar brindando unos servicios únicos en todo Puerto Rico.
“El issue de la facturación, que los planes médicos lo usan para que la gente vaya allí y después no pagar, siempre ha sido un problema en los hospitales públicos en general”, sostuvo el galeno.
Las aseguradoras “dejan que aumente la deuda y después les hacen recortes. Como (las instituciones públicas) están necesitados de dinero siempre terminan negociando a favor de las aseguradoras, que a fin de cuenta les estoy pagando dos veces, porque el pueblo de Puerto Rico paga por el Plan Vital, para los hospitales públicos, paga por ACAA (Administración de Compensaciones por Accidentes de Automóviles), por el Fondo del Seguro del Estado, paga por Salud Correccional. Pagamos cuatro o cinco veces lo que deberíamos pagar una vez”, agregó Ramos, quien puntualizó que por eso favorece un modelo de “salud universal no socializado”.
En el memorial de presupuesto de ASEM se destacan dos grandes partidas de cuentas por cobrar que, al 31 de marzo de 2021, totalizaban sobre $104 millones. De ese total, $84.8 millones corresponde a dinero adeudado por parte de las entidades participantes, como se les conoce a las instituciones que cuentan con un asiento en la junta directiva de ASEM, entre las que se encuentran el Hospital Universitario de Adultos, el Hospital Pediátrico, el Hospital Municipal de San Juan y el Recinto de Ciencias Médicas (RCM) de la Universidad de Puerto Rico. Al resto de las instituciones que ubican en el Centro Médico y reciben diversos servicios de ASEM se les conoce como entidades consumidoras.
El Hospital Universitario de Adultos y el Hospital Pediátrico, bajo la sombrilla del Departamento de Salud, se combinaban para casi $70 millones de las cuentas por cobrar, situación que ASEM atribuye a que a las entidades participantes no reciben las asignaciones necesarias para cubrir el costo de los servicios que la corporación pública les provee.
En tanto, aunque las cuentas por cobrar de parte de planes médicos se ubicaban en $19.9 millones, la cifra no incluye las deudas que las aseguradoras mantienen con los hospitales que no son administrados por ASEM. ASEM tiene bajo su estructura al Hospital de Trauma, la Sala de Emergencias y la Sala de Operaciones, así como los servicios de farmacia y laboratorio clínico, entre otros.
En su entrevista con Metro, Matta González reconoció que los planes médicos, en promedio, deniegan entre el 8 % y 12 % de los servicios que factura cada uno de los hospitales e instituciones del Centro Médico.
“Estamos hablando de millones de dólares. También (debe incluirse) servicios a personas que no tenían plan médico o que no se les pudo sacar plan médico. A todos buscamos la manera de hacerles un compromiso de pago, pero sabemos que hay gente que, por más que se le haga un compromiso de pago, no van (a poder cumplir). Muchos hospitales privados desgraciadamente nos mandan los pacientes a nosotros porque a lo mejor allá no pudieron pagar. Nuestra razón de ser y misión es aceptar a todo el mundo y lo vamos a seguir haciendo independientemente de la capacidad de pago. No es algo que se le pregunta al paciente cuando llega a sala de emergencias. Es una cantidad millonaria además del por ciento de denegación”, dijo Matta González, al estimar que el total de servicios provistos en el Centro Médico que nunca se cobran asciende a “cientos de millones” de dólares.
Metro solicitó el detalle sobre el alcance de las facturas denegadas pero, al cierre de esta edición, la información no se había provisto.
Posibles ajustes administrativos
Para el gastroenterólogo e investigador Ibrahim Pérez, la estructura administrativa del Centro Médico requiere una reformulación dirigida a maximizar su autonomía y limitar la intervención de entes asociados al aparato gubernamental. Por ejemplo, en una columna publicada en este medio, el exdirector del Hospital Municipal de San Juan propuso excluir de la Junta de Entidades Participantes al secretario de Salud, quien actualmente la preside el organismo por virtud de la Ley 66-1978, así como las sillas exoficio que ocupan la secretaría de la Familia y la alcaldía de San Juan.
Bajo la propuesta del médico, se crearía la Corporación del Centro Médico Universitario, compuesta por una Junta de Entidades Participantes limitada al RCM, ASEM –que sustituiría al Departamento de Salud como administrador del Hospital Universitario de Adultos y el Hospital Pediátrico– y el Hospital de Trauma, que gozaría de autonomía administrativa.
El resto de las instituciones –como el Hospital Oncológico, el Hospital Municipal, el Hospital Industrial, los hospitales psiquiátricos, el Centro Cardiovascular, el Centro de Rehabilitación Vocacional y el Centro Comprensivo de Cáncer, entre otros– caerían bajo la categoría de entidades consumidoras y deberían llegar a acuerdos con la nueva corporación sobre el alcance de los servicios auxiliares que requerirían.
Matta González, aunque señaló que a nivel del Comité de Administración y Política Médica –que actualmente agrupa a los directores médicos y administrativos de los hospitales y otras entidades consumidoras– así como del grupo que organizó, mediante orden ejecutiva, el gobernador Pierluisi para evaluar el funcionamiento del Centro Médico hay apertura para considerar ajustes a la estructura organizacional, rechazó la idea de excluir al Departamento de Salud del componente administrativo del complejo médico.
“Al final del día ASEM es el brazo operacional del Departamento de Salud. Eso siempre lo hemos visto así. No creo que sea, por lo menos en el caso de ASEM, una estructura que entorpezca. Al contrario, el presidente de nuestra Junta es el secretario de Salud (Carlos Mellado), pero siempre es bueno tener al jefe cerca, porque cualquier situación que ocurra, uno coge el teléfono y ‘mire, doctor, necesito tal cosa’ […] No creo que la solución sea sacar al Departamento de Salud, sino ver cómo nos convertimos más ágiles, cómo podemos buscar la manera de que esto funcione mejor, porque al final del día el que dicta política pública es el Departamento de Salud”, acentuó Matta González.
“El grupo del gobernador eso es lo que está buscando. Ver la manera de repensarnos y ver cómo mejorar los sistemas. Internamente hemos estado haciendo ese ejercicio. Es un ejercicio fácil y difícil a la vez. Difícil en el sentido de que uno tiene que ser honesto con uno mismo y decir ‘hasta aquí llegamos y esto no lo podemos hacer y esto sí’, pero fácil en el sentido de que tenemos toda la data”, sostuvo el director ejecutivo de ASEM, corporación que cuenta con una nómina de unos 1,600 empleados.
Millonaria inversión en infraestructura
De cara al 60 aniversario del Centro Médico, cuya existencia se formalizó con la Ley 106 del 26 de junio de 1962, Matta González precisó que el enfoque gira alrededor de la modernización de la infraestructura, para lo cual se han separado casi $100 millones para mejoras permanentes en instalaciones de ASEM y del Hospital Universitario de Adultos.
Entre las áreas de ASEM que serían remodeladas o construidas en o antes de 2022 figuran las áreas clínicas de la Sala de Emergencias ($5 millones), los cuartos de aislamiento en el Hospital de Trauma y la Sala de Emergencias ($750,000), una sala de espera para el área de Trauma ($2.4 millones) y la plazoleta central del complejo ($1 millón), al tiempo que se busca construir una cisterna de 3.8 millones de galones ($15 millones) y adquirir generadores con capacidad de 2.5 megavoltioamperios ($10 millones).
En el caso del Hospital Universitario de Adultos, los proyectos más costosos incluyen la rehabilitación del anfiteatro que se usa como centro de adiestramiento y el Centro de Mando para Emergencias ($5.9 millones) y un refuerzo para mitigar el impacto de terremotos ($5 millones).
“ASEM, siendo la corporación que vende servicios a todas las instituciones, si un proyecto se hace aquí impacta a todas. Siempre hemos visto al Centro Médico como una ciudad médica” planteó Matta González, al subrayar que, previo a la pandemia del Covid-19, sobre 30,000 personas, entre empleados, pacientes, docentes y estudiantes, transitaban diariamente por el complejo ubicado en el barrio Monacillos de San Juan.
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