El gobierno del presidente Joe Biden dijo el lunes que cuatro familias que fueron separadas en la frontera con México durante la presidencia de Donald Trump se reunirán en Estados Unidos esta semana, lo que el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, describió como “sólo el comienzo” de una labor más extensa.
Dos de las cuatro familias incluyen madres que fueron separadas de sus hijos a fines de 2017, una hondureña y otra mexicana, precisó Mayorkas, quien se negó a detallar sus identidades. Sólo dijo que se trataba de niños que tenían 3 años en ese momento y “adolescentes que han tenido que vivir sin sus padres durante sus años más formativos”.
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Los padres regresarán a Estados Unidos con permiso condicional humanitario mientras las autoridades consideran otras formas de estatus legal a más largo plazo, dijo Michelle Brane, directora ejecutiva del Grupo de Reunificación Familiar del gobierno. Los niños ya están en Estados Unidos.
El número exacto de familias que serán reunidas en Estados Unidos y el orden en que eso sucederá está vinculado a las negociaciones con la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU por sus iniciales en inglés) para zanjar una demanda federal interpuesta en San Diego, pero Mayorkas dijo que habrá más reuniones en el futuro.
“Seguimos trabajando incansablemente para reunir a muchos más niños con sus padres en las próximas semanas y meses”, dijo Mayorkas a los periodistas antes del anuncio. “Aún hay mucho trabajo por hacer, pero estoy orgulloso de nuestro progreso y de las reuniones que hemos ayudado a concretar”.
Más de 5.500 niños fueron separados de sus padres durante el gobierno de Trump desde el 1 de julio de 2017, muchos de ellos bajo una política de “tolerancia cero” para procesar penalmente a cualquier adulto que ingresara ilegalmente al país, según documentos de la corte. El gobierno de Biden lleva su propio conteo que se remonta a la toma de posesión de Trump en enero de 2017 y, según Brane, se cree que más de 1.000 familias aún están separadas.
Aunque la separación de familias bajo la “tolerancia cero” llegó a su fin en junio de 2018 gracias a una orden judicial y Trump alteró sus prácticas poco después, Biden ha arremetido en reiteradas ocasiones contra la operación, describiéndola como un acto de crueldad. En su primer día de mandato emitió una orden ejecutiva en la que se comprometía a reunir a las familias que seguían separadas “en la medida de lo posible”.
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La ACLU expresó su alegría por las cuatro familias, pero sus reencuentros son “sólo la punta del iceberg”, dijo el abogado Lee Gelernt. Entre los más de 5.500 niños de los que se tiene conocimiento que fueron separados, más de 1.000 podrían seguir lejos de sus padres y aún no se ha localizado a más de 400 padres, subrayó.
“Necesitamos que el gobierno de Biden les brinde ayuda a todos ellos, incluyendo un recurso permanente para naturalizarse y cuidados”, dijo Gelernt.
En tanto, el gobierno de Biden enfrenta el tercer aumento importante en siete años en la cantidad de niños que llegan solos a la frontera. Se ha avanzado mucho en el traslado de menores de las instalaciones atestadas de la Patrulla Fronteriza a refugios del Departamento de Salud, que son más adecuados para estadías más prolongadas hasta que los niños sean colocados con tutores en Estados Unidos, generalmente padres o parientes cercanos.
La estadía promedio para menores sin compañía de un adulto bajo custodia de la Patrulla Fronteriza ha disminuido en unas 20 horas, por debajo del límite legal de 72 horas y lejos de las 133 horas en promedio que se tenían registradas a finales de marzo, dijo Mayorkas. Actualmente hay 677 menores no acompañados en custodia de la Patrulla Fronteriza, luego de que la cifra superó los 5.700 a finales de marzo.
El Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS por sus iniciales en inglés) abrió 14 albergues de emergencia que elevaron la capacidad a casi 20.000 camas, en comparación con las 952 de las que se disponían antes de recurrir a la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias el pasado 13 de marzo, dijo Mayorkas. Unos 400 agentes de asilo del Servicio de Ciudadanía e Inmigración han sido asignados como administradores de casos con el fin de acelerar la liberación de menores a sus patrocinadores. Hasta el jueves, el HHS tenía 22.557 menores bajo su cuidado.
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