Un hombre de 42 años identificado como David Werking y residente del estado de Michigan, llevó hasta las últimas consecuencias su furia con sus padres luego de que estos tiraran a la basura su colección de pornografía valorada en $25 mil.
Según reportó el New York Post, Werking demandó a sus padres por botar sus juguetes sexuales y otras pertenencias mientras vivía con ellos en Grand Haven en 2016.
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Papeles de la Corte estudiados por el periódico afirman que ahora la pareja deberá pagar a su hijo una cantidad que aún no ha sido determinada para recompensar por la colección de porno.
El Juez habría desestimado el reclamo de los padres de que habían advertido a su hijo que no entrara revistas pornográficas a su casa luego de que se mudara tras un divorcio.
Esto, porque sus abogados justificaron que se trataba de la propiedad privada del demandado y sus padres no tenían derecho a manipularla.
Fue en 2017 que Werking se mudó fuera de la casa de sus padres y al pedirles que enviaran sus pertenencias se percató que su colección estaba desaparecida.
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