MIAMI (AP) — Un hombre fue condenado el viernes en Florida a cadena perpetua por un tiroteo en enero del 2017 en el aeropuerto de Fort Lauderdale que dejó cinco muertos y seis heridos.
La jueza federal Beth Bloom aceptó el acuerdo por el que Esteban Santiago, de 28 años, se declaró culpable de la masacre a cambio de que la fiscalía no pidiese la pena de muerte. Santiago se declaró culpable el 11 de mayo de 11 cargos de causar muerte y violencia en un aeropuerto internacional.
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Santiago, de Anchorage, Alaska, admitió haber disparado con una pistola en el área de equipajes en el Aeropuerto Internacional Fort Lauderdale-Hollywood tras llegar allí desde Alaska en un vuelo sin retorno. Santiago sacó de su equipaje una caja que contenía una pistola Walther de 9mm, la cargó en el baño, salió y disparó 15 veces.
La jueza Bloom calificó la masacre de “85 segundos de maldad” y dijo que le parecía difícil “separar la maldad de los actos de la maldad en el hombre”.
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“Usted destruyó familias en un ataque sin sentido”, dijo.
Veterano de la guerra de Irak, a Santiago se le diagnosticó esquizofrenia tras el tiroteo, pero los médicos concluyeron que era competente para ser enjuiciado. Los médicos dicen que ha mejorado con medicamentos.
Santiago le dijo inicialmente al FBI que estaba bajo control menta por el gobierno, y luego dijo que actuó en respaldo al Estado Islámico.
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Varios familiares de las víctimas _ muchas de las cuales se iban de vacaciones _ hablaron en la corte el viernes, para describir su profunda sensación de pérdida por los que murieron y sobre la salud de los sobrevivientes.
James Steckley, hablando a nombre de su esposa herida, Julie, dijo que culpaba del ataque en parte lo que llamó es “una falta de preocupación” por los veteranos de guerra una vez regresan al país. Santiago combatió con la Guardia Nacional en Irak.
“En mi corazón lo siento realmente por ti, porque no creo que hayas nacido asesino”, le dijo Steckley a Santiago.
Santiago, oriundo de Nueva Jersey, tiene familia en Puerto Rico y un hijo pequeño en Alaska. No habló en la corte el viernes y ninguno de sus familiares estaba presente.
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