LeBron James recibió permiso el jueves para reintegrarse a los Lakers de Los Ángeles después de ausentarse un juego debido a los protocolos de salud y seguridad de la NBA.
La Liga señaló que James no es positivo a COVID-19 a pesar de que una serie de pruebas diagnósticas arrojaron resultados contradictorios a principios de la semana. Análisis adicionales aclararon la disponibilidad de James para jugar en el encuentro en que los Lakers reciban el viernes a los Clippers de Los Ángeles.
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James arrojó positivo en una prueba inicial de una muestra tomada el lunes. Se realizaron dos análisis adicionales a esa misma prueba, que arrojaron positivo y negativo, respectivamente. Posteriormente, James se sometió a pruebas adicionales el martes, las cuales fueron una negativa y otra no concluyente, según la liga.
James había informado a principios de temporada que estaba vacunado contra el COVID-19. Un resultado positivo habría mantenido a James fuera del equipo por al menos 10 días.
James se ha perdido 12 de los 23 juegos de los Lakers esta temporada, 10 de ellos debido a lesiones. También se ausentó un partido por la primera suspensión en sus 19 años de carrera en la NBA tras un altercado con Isaiah Stewart, de Detroit.
Los Lakers tienen marca de 5-7 sin James y 7-4 cuando juega. Iniciaron el jueves en la sexta posición de la Conferencia Oeste a pesar de una importante reconstrucción en el plantel con James y Anthony Davis como pilares, además de problemas de lesiones en varios jugadores.