Mónica Puig puso fin hoy a un año lleno de muchas emociones que le dejó un sabor agridulce al sonreír en muchas ocasiones, pero llorar en otras cuantas.
Con un breve comunicado en las redes sociales, la tenista dejó claro que el 2018 fue una temporada con muchos retos.
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“Desde lesiones hasta fuertes derrotas, pero no puedo olvidar los mágicos momentos que me dejó. Termino esta temporada con mi cabeza en alto porque cada año me deja con una lección para ayudarme a crecer como personas y como atleta”, describió.
“Tiempo para recargas las baterías para la pretemporada”, añadió.
Y es por tal razón que es un final agridulce. En estos últimos tres meses tuvo su mejor nivel, pero su nueva lesión del muslo la dejó sin oportunidad de cerrar con éxito. Con esta han sido tres dolencias que la han hecho tropezar en momentos que se veía estaba cogiendo ritmo.
Año lleno de lesiones
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En mayo tuvo su primer tropiezo en Roma con un dolor en el músculo derecho de la cadera. En ese entonces venía de hacer un tremendo torneo —con victoria incluida sobre la número dos del mundo, Caroline Wozniacki— en Miami, perder en cuartos de final en Monterrey y batallar contra la número diez del mundo, Petra Kvitova, en Madrid.
Estando un mes de baja, no se presentó al Roland Garros francés. Regresó a cancha a inicios de julio para otro Grand Slam, el del Wimblendon, donde se eliminó en la ronda de las mejores 128.
Posteriormente se alzó victoriosa con su tercera medalla de oro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2018, en Barranquilla. De Colombia salió motivada y llegó hasta las mejores 32 en Montreal, y dos torneos después tuvo su mejor desempeño de toda la campaña. En Connecticut mostró fortaleza, movilidad, efectividad y su conocido “Pica Power”.
En su paso se llevó a Margarita Gasparyan (contra quien perdió su último partido) y derrotó a la sexta del mundo, Caroline Garcia.
Pero llegó otra lesión a interrumpirla. Un apretón en los abdominales la retiró de las semifinales.
Puig se recuperó rápidamente, pero no pasó de la ronda de 64 en el US Open. Pero dos tornes más y el nivel volvería a ser el mismo de New Haven. En Wuhan, días previo a su cumpleaños, demostró querer el campeonato del evento tipo Premier 5 —quinto formato que otorga más puntos en ranking.
En China volvió a dejar claro que puede contra las grandes y le repitió la dosis a Wozniacki en dos duros sets de 7-6(10), 7-5. Y aunque luego fuera derrotada por la local Qiang Wang, el mundo volvió a ver la mejor versión de Puig.
Y de nuevo, dos traspiés corridos. Puig se eliminó de Beijing y viajó a Linz retirarse con una lesión fuerte del encuentro de primera ronda contra Gasparyan.
De esta forma culminó un año agridulce y con una montaña de emociones.