Opinión

Tenemos los votos

Lee aquí la columna del Secretario de Organización del Partido Independentista Puertorriqueño.

Por cuatro décadas, el sistema de pesos y contrapesos imperante en la Comisión Estatal de Elecciones (CEE) impregnó confiabilidad en el sistema electoral, en los resultados de los comicios y en cualquier proceso relacionado con el ejercicio del derecho al sufragio. Descansando en una Legislatura con mayoría de votos, según las propias expresiones de quienes la impulsaron, el Partido Nuevo Progresista (PNP) desmoronó un diseño que fue hasta emulado por otros países en el afán y la glotonería política de que el “ganador se lo lleva todo”. Secuestraron la Comisión Estatal de Elecciones a meses de las elecciones de 2020, en medio de una pandemia y con una gobernadora no electa en plena campaña primarista. La movida politiquera cayó muy mal en el país, como todo lo anterior, que también movió las fibras de electores de todas las edades e ideologías.

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Así las cosas, el resultado electoral desmoronó a su vez la hegemonía bipartidista, el gobernador de un partido y la legislatura, una más diversa compuesta ahora por cinco partidos y un legislador independiente electo. La opinión generalizada era que el controversial recién estrenado Código Electoral debía ser abolido incluyendo promesas de campaña para restituirlo a su estado original. A pesar de los llamados al diálogo y al consenso por parte de los legisladores del Partido Independentista Puertorriqueño, Partido Popular Democrático y PNP comenzaron a jugar al bipartidismo ignorando la nueva realidad dentro y fuera del Capitolio. Cuatro versiones de una nueva ley electoral fueron aprobadas en la Asamblea Legislativa, sin diálogos francos ni búsquedas de consenso. Cual versión era peor que la anterior, buscando darle la vuelta a la voluntad del electorado asegurando control del proceso electoral. Al final descansaron en que “tenemos los votos”.

Tardíamente y a toda prisa, el PPD-como quien busca aire-se vio en la obligación de afrontar la nueva realidad política y tuvo que sentarse en la misma mesa con las otras fuerzas políticas del país. En muy poco tiempo se pudieron lograr consensos importantes, logrando avances sustanciales en la Ley Electoral. El proyecto se aprobó. Contó con los votos. El nuevo escenario demanda cambios en la forma de hacer política. Lección aprendida para el binomio rojiazul. El contrapeso que han querido desplazar de la CEE existe y así fue demostrado en la Asamblea Legislativa. Tenemos los votos, dentro y fuera de la legislatura.

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