Desde principios del año 2020, he venido denunciando lo que aparentaba ser la intención del gobierno PNP (Partido Nuevo Progresista) y la Junta de Control Fiscal de empujar un cargo por transición para pagarle a los bonistas de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE). Tres años más tarde parece consumarse, lo que ha despertado una ola de indignación en Puerto Rico. No es para menos, ya que de concretarse, pondrá al país en una situación difícil de asimilar, pretendiendo que sea el pueblo quien pague las consecuencias de la deuda de la AEE. Esta injusticia amenaza no tan solo el bolsillo y el bienestar de los puertorriqueños, sino nuestra capacidad para desarrollarnos social y económicamente.
PUBLICIDAD
El aumento en el costo de la luz plantea una carga adicional para los ciudadanos, quienes ya se encuentran enfrentando una serie de dificultades económicas, luego de los huracanes, terremotos y la pandemia del COVID. Es injusto que sean los propios ciudadanos los que tengan que pagar por los errores y malas decisiones que han llevado a la crisis de la AEE.
Por otro lado, también he dejado claro que no soy promotor de incumplir con nuestras obligaciones. Sin embargo, el pago a nuestros acreedores no puede ser a costa de nuestros servicios esenciales ni del bolsillo de nuestra gente. La oposición al aumento en el costo de la luz no es un tema partidista, sino una preocupación que atraviesa a toda la sociedad puertorriqueña.
El pueblo se ha alzado en contra de esta injusticia, exigiendo soluciones justas y equitativas. Señor Gobernador, sí, el pueblo siente histeria ante este plan de ajuste porque sabemos el efecto nefasto que este plan nos puede causar a todos. Un nuevo aumento al costo de la luz agravará nuestra situación, afectando directamente la calidad de vida de las familias puertorriqueñas y generará un efecto dominó en nuestra maltrecha economía.
Como presidente del Partido Popular, dejo claro que nos oponemos a otro aumento en la tarifa de energía eléctrica. No avalaremos que los abonados de la AEE sigan siendo cargados con la responsabilidad de cubrir un aumento que solo empeorará la situación económica de la isla. Busquemos alternativas que no impliquen aumentos a los puertorriqueños. El país no aguanta más.