El pasado fin de semana, durante las Fiestas de la Calle San Sebastián, se presentó el intérprete urbano “PJ Sin Suela” y en la euforia de su presentación levantó el estribillo “Las playas son del pueblo, no de los turistas”, lo cual provocó una controversia sobre si era un mensaje xenofóbico o no, y si su mensaje podría ser contraproducente a unos de los sectores que más aporta a la economía de nuestra isla. Obviamente, este joven no depende del turismo para llevar el pan a su casa.
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Luego de la controversia, hizo la siguiente expresión: “Las playas son del pueblo, No de los turistas”. NO es un mensaje xenofóbico, es un llamado EN CONTRA de la privatización de las playas. Las palabras (como todo) tienen contexto. Con estas, recalco que las playas deben ser accesibles a TODOS, no solo a huéspedes de hoteles/Airbnb”.
En primera instancia, nadie puede concluir que su mensaje está motivado por un sentimiento impregnado de xenoobia, que es fobia o rechazo a lo extranjero o a los extranjeros.
Pienso que esa conclusión a destiempo en algunas personas podría venir por comentarios anteriores del intérprete sobre los turistas. Por ejemplo, el 3 de Agosto del 2020, en medio de la pandemia, publicó el siguiente mensaje: “Pa’ los turistas: PUERTO RICO ESTÁ CERRADO. Nosotros, como país o como colonia americana, no tenemos la facultad de cerrar nuestro aeropuerto ya que es de jurisdicción federal. Pero, es genocidio, promocionar a Puerto Rico como destino vacacional en estos momentos. Puerto Rico ha pasado por un infierno durante años; desde el peor huracán de la historia hasta la corrupción, los terremotos, una crisis económica y esta pandemia. Puerto Rico no tiene la capacidad mental o de salud para atender al turista en este momento. He visto cómo las revistas están promocionando a Puerto Rico, así como a las figuras públicas, estas son promociones PAGADAS y deberían ser ilegales. Los boletos de avión son más baratos que nunca, pero Puerto Rico no está ABIERTO. Por favor, no vengas hasta que nosotros, las personas que vivimos en la isla, te lo digamos, créeme, somos bastante ruidosos. Ya lo sabrás”.
Este mensaje tiene una mezcla de preocupación genuina por la pandemia con una estrategia inmadura de chamaco jaquetón. Primero, usa livianamente el término genocidio, que es la destrucción INTENCIONAL de un pueblo, raza o etnia. Decir que detrás de un anuncio en una revista promocionando a Puerto Rico como destino turístico, que quizás se gestionó o pautó antes de la pandemia, tiene una intención de destruir al pueblo de Puerto Rico es un comentario sin sustancia ni fundamento. Cierra pareciendo amenzar a los turistas con hacerles pasar mal sus vacaciones si vienen, y que no vengan hasta que él y los que piensan como él – obviamente él no habla a nombre del pueblo – les diga. Evidentemente, los turistas ni se enteraron de su “amenaza”. Siguieron viniendo y pasó nada, no se desalentaron con lo “ruidosos que somos”.
Luego, en agosto 29 del 2020 publica: “Llegan los turistas pero no llegan las papeletas”, en referencia al incidente de la primaria de ese año. Denota incomodidad con que los turistas siguieran llegando, y puedo entenderlo, como médico que es. En aquel momento, más que turistas, llegaron a la isla miles de puertorriqueños a visitar familiares y a otras cosas, no a turistear. Sin embargo, su mensaje fue selectivo y dirigido solo a los turistas. Decenas, cientos de médicos pronunciaron lo mismo de una manera profesional, sin jaquetonerías ni amenazas infantiles.
Para mí, las playa y los recursos en Puerto Rico son de todos, de nosotros el pueblo, los puertorriqueños, y también son de los turistas. No hay en mi mente un nivel de superioridad, como que es más de unos que de otros o de unos sí y de otros no.
¿Que hay que protegerlas de desarrollos inescrupulosos e irresponsables? Totalmente deacuerdo con él, pero los turistas no son los que desarrollan esos proyectos. Su mensaje fue errado.