Recientemente el economista y profesor universitario Heriberto Marín hijo, publicó un análisis comparativo sobre el realidad económica de Puerto Rico versus la de varias islas y archipiélagos alrededor del mundo que tienen como característica principal el que son países independientes. Nos señala en su estudio que la ventaja comparativa en términos de crecimiento económico que tuvo Puerto Rico frente a las islas independientes desapareció totalmente. Que paulatinamente la economía de Puerto Rico se fue desacelerando y estancando y a la misma vez otras islas independientes alrededor del mundo fueron alcanzando y superando a Puerto Rico en cuanto al ritmo de crecimiento económico y que el argumento de que el estatus territorial y colonial de Puerto Rico es superior al estatus político de la independencia en términos de garantizar el desarrollo y crecimiento económico de nuestro país, no se sustenta con la evidencia científica disponible.
Ese análisis del economista Marín, valida cabalmente lo que por décadas hemos denunciando desde el PIP, que el modelo de dependencia económica colonial nos conduciría inevitablemente a la quiebra como ocurre hoy, con consecuencias nefastas para el país, aumentando la desigualdad social, precarizando los servicios públicos, siendo factor en el complejo problema de la violencia y la criminalidad.
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Ante esta realidad, cada día que transcurre urge a insistir, trabajar y luchar por obtener los poderes políticos de la independencia. Poderes imprescindibles para unirnos al mundo, tener la capacidad para negociar libremente acuerdos económicos con los países del entorno caribeño y el resto del planeta, así como la participación con el conjunto de organizaciones económicas y sociales del mundo que acuerdan tratados políticos y comerciales. Es también, quitarnos el yugo del control del gobierno federal cuyas leyes, agencias y control político y económico sobre Puerto Rico está basado en sus propios intereses económicos y políticos.
Estamos en los tiempos en los que la colonia, que nunca ha sido una alternativa, ha sido rechazada, mientras que la anexión, por razones socio-culturales y económicas, es imposible. El camino único es el de la independencia, para tomar nuestras propias decisiones e insertarnos con ansias de reconstrucción y desarrollo al mundo. El mundo nos espera.
