Opinión

Opinión de Rosa Seguí: ¿De cuál lado estás?

Lee aquí la columna de la representante de Movimiento Victoria Ciudadana en esta sección.

La amenaza del Tribunal Supremo de los Estados Unidos a la vida y salud de mujeres y personas gestantes es otro tipo de violencia de género. Muchas personas, en su mayoría mujeres, vivimos en una constante vigilancia y defensa de nuestros derechos y libertades democráticas. Llevamos y tendremos que continuar defendiendo el derecho fundamental a decidir sobre nuestros cuerpos, a que el embarazo y la maternidad sean deseadas, voluntarias y que no sea una imposición o un castigo.

Me alegra mucho leer las primeras planas de periódicos de Puerto Rico en abierta defensa al aborto y proveyendo información científica y de expertas que contradice la desinformación y el chantaje de la campana fundamentalista de los grupos antiderechos. Los grupos antiderechos también incluyen integrantes del comentariado, que lejos de aplicar el derecho, la ciencia y los estándares de salud, se atreven a poner nuestras vidas en riesgo.

Organizaciones internacionales dedicadas a velar por los derechos humanos y por la salud informan que cada año 4.7% -13.2% de las muertes de personas gestantes se atribuyen a abortos clandestinos. Cifras prevenibles. Nos toca a todas defender nuestras vidas y no retroceder en nuestros derechos y libertades.

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Si sus creencias no le permiten practicarse un aborto, no tiene que hacerlo y nadie debe imponérselo a usted. Pero, si alguna persona sí desea hacerlo, debemos como sociedad respetar su derecho fundamental a decidir y no se le debe imponer el embarazo como un castigo. En Puerto Rico el aborto es legal, está debidamente regulado y es seguro. La falta de educación sexual y reproductiva permite que el miedo infundado por la desinformación se esparza. Por eso, nos toca a todas hablar sobre el aborto y defenderlo; compartir y difundir información sobre la necesidad de defender los abortos para que no mueran mujeres. No podemos permitir que nuestra sociedad regrese a la época de abortos clandestinos. Nos toca definir de qué lado estamos: ¿abogarás por defender y ampliar nuestros derechos y libertades o estarás del lado de que mueran mujeres?

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