En días recientes en la Cámara de Representantes se ha discutido el complejo problema de energía en Puerto Rico, desde la quiebra de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), las proyecciones de energía renovable y el futuro de la empresa contaminante AES en Guayama. En todo momento durante estas discusiones persistió un denominador común: la negligencia y la irresponsabilidad histórica de los gobiernos del PNP y el PPD en la administración de nuestro sistema eléctrico.
Resulta irónico que el Gobierno exprese en vista pública que la quiebra de la AEE estuvo vinculada al problema del clientelismo político en la gerencia de la corporación, que hubo un endeudamiento irresponsable, emisión de bonos para pagar deuda anterior e incluso, el reconocimiento de cuestionamientos sobre la legalidad de muchas de esas emisiones. Por años, múltiples sectores alertaron esta situación, organizaciones obreras, distinguidos economistas y en nuestro caso, en el Partido Independentista Puertorriqueño, lo denunciamos en la Legislatura, en la calle y en cada uno de los programas de gobierno de cara a las elecciones. De hecho, en vista pública reciente, recordé a los deponentes del gobierno la predicción, del entonces senador Rubén Berríos, de la quiebra del gobierno y sus corporaciones públicas.
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Funcionarios de la AEE reconocieron -también en vista pública- el atraso y la incapacidad de cumplir con el mandato de ley de que para el 2022 el 20% de la energía del país sea limpia y renovable. Desgraciadamente este retraso e incapacidad nos condena seguir dependiendo de combustibles fósiles, sucios y caros en perjuicio de la salud, del medio ambiente y bolsillo del consumidor puertorriqueño.
Como si fuera poco AES, empresa que ha violado todo tipo de ley y reglamento ambiental en perjuicio de varias comunidades, particularmente en Guayama y Peñuelas, ha tenido el descaro de insistir en que son indispensables para el país sin tener la vergüenza de reconocer públicamente que han causado daños ambientales y ahora pretende que el gobierno los “rescate.”
Son muchos los años perdidos en el desarrollo de la transformación de nuestro sistema eléctrico, nos toca en el futuro cercano transformarlo en beneficio del país y como parte de la construcción de la patria nueva.