Al menos 36 palestinos murieron y más de 100 resultaron heridos este martes durante un tiroteo cerca de un centro de distribución de ayuda en Gaza, según informó el Ministerio de Salud del enclave, controlado por Hamas.
El incidente, que ocurrió en horas de la mañana en el centro de Gaza, representa la cifra más alta de muertes en un solo evento desde que comenzaron las operaciones del organismo Gaza Humanitarian Foundation (GHF), respaldado por Estados Unidos e Israel, el mes pasado. Desde entonces, al menos 163 personas han muerto en circunstancias similares mientras intentaban acceder a alimentos y suministros básicos, de acuerdo con cifras oficiales palestinas.
El Ejército israelí (IDF, por sus siglas en inglés) señaló que sus tropas realizaron “disparos de advertencia” hacia individuos que consideraron una amenaza, asegurando que las detonaciones ocurrieron “a cientos de metros del sitio de distribución” y antes de su apertura. También indicó que los informes sobre el número de víctimas no coinciden con sus propios datos, y afirmó que los hechos están bajo revisión.
La GHF había retomado sus operaciones el lunes, tras haberlas suspendido en múltiples ocasiones por situaciones similares. Según su propio recuento, ese día se distribuyeron más de 1.3 millones de comidas en dos puntos distintos, aunque no ha especificado cuántas raciones concretas componen una “comida”.
La fundación fue establecida el 19 de mayo como un esfuerzo conjunto entre Estados Unidos e Israel, luego de que se levantara un bloqueo de 11 semanas impuesto por Israel para presionar por la liberación de los rehenes tomados por Hamas en su ataque del 7 de octubre de 2023. Ese ataque dejó alrededor de 1,200 muertos en el sur de Israel, según cifras oficiales.
Grupos humanitarios y organismos internacionales, incluidos Naciones Unidas y la Cruz Roja Internacional, han expresado preocupaciones sobre la seguridad en los puntos de distribución, así como críticas por el papel del ejército israelí en el proceso. Denuncian además que la gestión del GHF ha politizado la entrega de asistencia en una zona donde miles enfrentan hambruna extrema.
Mientras tanto, las imágenes de filas interminables de desplazados en Rafah y Khan Younis esperando ayuda evidencian la desesperación de una población civil atrapada entre la guerra, el hambre y la incertidumbre.