El primer ministro israelí Neftali Bennett dijo al presidente de Unilever el martes que Israel tomará medidas “agresivas” contra su subsidiaria Ben & Jerry’s que decidió dejar de vender helados en la Cisjordania ocupada y la disputada Jerusalén oriental.
El conglomerado británico de bienes de consumo Unilever adquirió la empresa de helados con sede en Vermont en 2000. Ben & Jerry’s dijo en un comunicado el lunes que informó a su concesionario encargado de fabricar y distribuir el helado en Israel que no renovará su licencia cuando caduque a fines de 2022.
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La oficina de Bennett dijo en un comunicado que el primer ministro habló con el CEO de Unilever, Alan Jope, acerca de lo que llamó la “medida claramente antiisraelí” de Ben & Jerry’s, que tendrá “graves consecuencias legales y de otro tipo, y que actuará agresivamente contra todas las medidas de boicot contra sus ciudadanos”.
El anuncio de Ben & Jerry’s fue uno de los repudios más espectaculares de una empresa a los asentamientos israelíes en Cisjordania y Jerusalén oriental, territorios capturados por Israel en la guerra de Medio Oriente de 1967. La mayoría de la comunidad internacional considera que los asentamientos son ilegales y un obstáculo a la paz con los palestinos.
Ben & Jerry’s dijo en su anuncio que la venta de sus helados en territorios que reclaman los palestinos para un estado independiente era “incongruente con sus valores”.
El ministerio del Exterior israelí criticó la decisión como “una capitulación a la presión constante y agresiva de grupos extremistas antiisraelíes” y acusó a la empresa de colaborar con el “terrorismo económico”.
