En medio de una campaña de vacunación con antígenos propios, restricción de la movilidad y aeropuertos trabajando al mínimo, el coronavirus golpea duramente a Cuba, que está a punto de llegar a los 300.000 contagiados acumulados desde marzo de 2020 y atraviesa el peor mes de la pandemia.
La situación, que preocupa a la población y puso al borde del colapso al sistema de salud en algunos territorios, se cruzó además con una serie de manifestaciones callejeras antigubernamentales –respondidas por otras a favor– la semana pasada que dejaron un muerto.
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El director nacional de Epidemiología, Francisco Durán, consideró el martes “muy elevada” la transmisión del virus estos días en Matanzas, Cienfuegos, Ciego de Ávila y Guantánamo. Además, hubo un repunte en La Habana.
“Claro que estamos preocupados, porque vemos que hay una incidencia alta en la población, sobre todo en los niños menores”, dijo a la AP la enfermera Yurizam Martínez, de 53 años, desde una calle habanera. “Me siento afectada psicológicamente porque estamos trabajando hace más de un año y no vemos un resultado todavía como el que esperamos… pero tenemos que seguir”.
Martínez narró cómo se opera en los centros de aislamiento –en uno de los cuales trabaja– y el seguimiento que se da a los contactos de los casos positivos en las comunidades en el marco de un sistema de salud estatal.
Unos metros más allá, la pianista Regla de la Caridad Mesa, de 60 años, confía en que la vacunación comience a disminuir los casos de muertes, críticos y graves. “Los cubanos somos una gente linda, una gente que nos gusta la fiesta, nos gustan los grupos…Hemos salido de cosas peores”.
Los datos de este mes no acompañan el optimismo. En los primeros 19 días de julio se acumularon 100.504 contagios y 717 fallecidos, indicó Durán, quien añadió que el total de infectados confirmados desde que comenzó la pandemia fue de 249.449 de los cuales 2019 murieron. Julio tiene 49.882 casos más que junio.
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Según Durán un 18,8% de la población está completamente vacunada y un 30,1% recibió al menos una dosis.
La isla es la única nación de Latinoamérica que fabrica vacunas propias –Abdalá y Soberana, las dos con un esquema de tres dosis– con eficacia superior al 90% contra el desarrollo de la enfermedad.