Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), investigan el inusual caso de la muerte de un niño de 13 años en Michigan.
Este habría fallecido tres días después de que le aplicaran la segunda dosis de la vacuna contra COVID-19.
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Según reportó FOX 29, el adolescente fue identificado como Jacob Clynick, quien alegadamente no tenía condiciones de salud que lo pusieran en riesgo.
El joven recibió la segunda dosis de la vacuna Pfizer el pasado 13 de junio y presentó síntomas “inusuales”. Su muerte ocurrió el 16 de junio.
Clynick se habría sentido cansado y con fiebre, además tuvo dolor de estómago pero “nada que pareciera grave”, según dijeron sus padres al medio.
Un médico forense realizó la autopsia al cuerpo pero la causa oficial de la muerte no ha sido revelada.
Sin embargo, una autopsia preliminar habría encontrado que el corazón del joven estaba agrandado y tenía fluidos.
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