Fabiola Campillai, una mujer de 36 años que perdió la vista por el estallido de una bomba lacrimógena en su rostro en medio de la represión policial de las protestas que siguieron a un estallido social en octubre de 2019, acudió el viernes a la sede la policía a pedir justicia, pero afirma que no encontró nada.
La represión policial dejó unas 460 víctimas con traumas, lesiones y estallidos de globos oculares. Campillai es una de las dos personas que perdió la vista en ambos ojos.
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“Lo que nosotros queremos es justicia. Aquí no hay apoyo, no hay nada”, declaró Campillai luego de reunirse con director nacional de la policía, Ricardo Yáñez, en el edificio institucional. “Él (Yáñez) no dijo nada… Solamente que empatizaba. No nos pidió perdón y no hay un perdón de parte de nadie”, agregó. La mujer acudió al encuentro acompañada de su esposo, de su abogada Alejandra Arriaza y de un diputado.
“Disculpen por no poder hablar, pero hay cosas que a uno le dan mucha pena y que no haya justicia para nosotros es terrible, pero sin duda vamos a seguir luchando”, añadió.
Campillai, madre de tres hijos, es una mujer menuda de cabello negro que al anochecer del 26 de noviembre de 2019 recibió el impacto de la bomba lacrimógena en la frente cuando se dirigía a su trabajo. Además de perder ambos ojos, sufrió fracturas en el rostro y una lesión cerebral.
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En la barriada donde se ubica su casa, al sur de la ciudad, más temprano hubo enfrentamientos entre manifestantes y policías. El policía que le disparó, el excapitán Patricio Maturana, fue detenido a fines de agosto de 2020, aunque un mes después la Corte de Apelaciones cambió la medida por arresto domiciliario.
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El juez que lleva el caso amplió hasta septiembre la investigación por solicitud de la defensa del policía, hecho repudiado por Campillai, quien en declaraciones a radio Universidad de Chile señaló que “entendemos que él está cumpliendo un arresto domiciliario y los años de pena que le den se le van a descontar todos estos años que ha estado en su casa tranquilamente, recibiendo su sueldo de carabinero porque él fue sólo apartado de la institución”.
La otra persona que perdió ambos ojos es el estudiante de Psicología Gustavo Gatica, un aficionado a la fotografía que el 8 de noviembre de 2019 fue impactado en la cara por perdigones disparados por la policía en las cercanías de la Plaza Italia, en el centro de la ciudad, que por meses fue el escenario principal de las protestas de los chilenos contra la desigualdad social.
Cuatro informes internacionales —de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Amnistía Internacional, Human Rights Watch y de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos— coincidieron en que en Chile se violaron ampliamente los derechos humanos tras el estallido de 2019.
La represión policial continuó hasta marzo de 2020, cuando las protestas en el país sudamericano fueron acalladas por la pandemia desatada por el nuevo coronavirus.