El Movimiento Obrero está haciendo un enérgico reclamo al Gobierno de Puerto Rico para que adopte el teletrabajo y lo recomiende a la empresa privada, como alternativa para minimizar el impacto de contagio ante la tercera ola de COVID-19 que prevalece en el país.
Esta solicitud se hace ante el reclamo de miles de trabajadores que piden se les permita continuar sus labores mediante la modalidad de teletrabajo ante la realidad del recrudecimiento de la pandemia y las madres y padres con hijos no contar ni con las facilidades, ni los recursos económicos, para dejar sus hijos en centros de cuido que garanticen la seguridad de estos, adicional a la responsabilidad que tienen con los estudios de éstos.
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Resulta totalmente incomprensible que ahora se exija trabajar presencialmente cuando fueron los patronos y el gobierno los que, durante el momento crítico inicial, nos solicitaron que trabajáramos desde nuestros hogares. Ahora, en virtud de la Orden emitida por el Gobernador, se pretende que asistamos tres días a las oficinas y dos días trabajemos desde el hogar, en el caso del Gobierno, mientras la empresa privada ni se da por enterada de la dura realidad que están enfrentando los trabajadores y trabajadoras.
Los empleados entienden que, si fue una buena idea cuando convenía al Gobierno y las empresas el teletrabajo, para dar continuidad a los servicios, por qué no puede serlo ahora cuando una vez más los niveles de contagio con COVID-19 y las nuevas cepas se han hecho críticos, las clases de los niños se están ofreciendo solo a distancia, y los padres no tienen los recursos económicos para pagar los pocos centros de cuido que pueden ofrecerle garantías de cumplimiento con los protocolos de seguridad a sus hijos.
También los trabajadores y trabajadoras afectados coinciden en señalar que la alternativa que ha ofrecido el Gobierno, dos días de teletrabajo y tres días presenciales en el centro de trabajo, más que una solución salomónica es una complicación difícil de asumir sin alterar los patrones de funcionamiento laboral, tanto en el hogar como en las oficinas.
Puerto Rico ha alcanzado niveles críticos de riesgo de transmisión comunitaria, tan es así que hay Municipios que han anunciado el cierre completo de sus operaciones hasta el 20 de abril. La legislatura de Puerto Rico se encuentra trabajando de manera remota ante los contagios que han ocurrido en sus talleres de trabajo. Lo mismo que han estado haciendo los legisladores y las legisladoras del país es lo mismo que se pide para los trabajadores y trabajadoras del país del nivel público y privado. La Ley 36 del 2020 de Teletrabajo, garantiza que todo trabajador o trabajadora que pueda ejercer sus funciones a cabalidad desde un lugar seguro que no sea su centro de empleo cualifica para dicha modalidad.
En momentos en que el Gobierno de manera acertada ha cerrado las escuelas, por lo cual los padres y las madres trabajadoras no tienen donde dejar a sus niños o niñas, es menester que se les garantice el poder continuar laborando y atendiendo a sus familias. Es por esa que todas las agencias o empresas privadas que cualifiquen para realizar el trabajo virtual, así se haga. De esta forma estaremos apoyando a muchas madres solteras y padres que están criando sus niños. De igual manera estaremos contribuyendo a disminuir los niveles contagios que se han evidenciado a través de las estadísticas provistas por el Departamento de Salud.
El gobierno debe demostrar su sensatez y humanidad priorizando en la salud por encima de las ganancias de las empresas y corporaciones que pretenden seguir operando. Esto es totalmente inaceptable. El momento requiere que, para ser parte de la solución en la prevención de los contagios de COVID-19, se puedan adoptar las medidas necesarias, librando a los empleados del acoso laboral ante la exigencia del trabajo presencial.