Estados Unidos instalará una red nacional para identificar y rastrear variantes del coronavirus, a un costo de 1.700 millones de dólares, cuya diseminación podría desatar otra ola de infecciones anunció el viernes el gobierno.
Funcionarios de la Casa Blanca dieron a conocer una estrategia que tiene tres componentes: un aumento considerable de fondos para los Centros de Control y Prevención de Enfermedades y departamentos estatales de salud para que aceleren la cartografía genética de muestras del virus; la creación de seis asociaciones con universidades para realizar estudios y desarrollar tecnologías para el monitoreo de patógenos basado en genes, y la creación de un sistema de datos para analizar y compartir mejor la información sobre amenazas emergentes de enfermedades, y de esa manera convertir el conocimiento en acción.
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El nuevo esfuerzo, que depende de fondos aprobados por el Congreso como parte del paquete de ayuda financiera del presidente Joe Biden por la pandemia, busca romper lo que expertos dicen es un ciclo de altibajos extremos en el estadio de preparación del país para las amenazas biológicas, de lo que el coronavirus es apenas un ejemplo. Otros han sido el ébola y el zika, y enfermedades respiratorias como SARS en el 2002 y MERS en el 2012, que no fueron grandes problemas en Estados Unidos. En general, el gobierno se apresura a combatir una amenaza potencial, pero los fondos se desvanecen cuando termina la amenaza. La nueva iniciativa de vigilancia de genoma busca crear una infraestructura permanente.
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“Es una suma de dinero transformativa”, dijo Mary Lee Watts, directora de asuntos federales de la Sociedad Estadounidense de Microbiología, en una entrevista reciente. “Tiene el potencial para no solamente adelantarnos a la crisis actual, sino que nos va a ayudar a planear para el futuro. Es un programa que ha sido poco financiado durante años”.
Una variante conocida como B117, detectada inicialmente en Gran Bretaña, se ha vuelto la predominante en Estados Unidos. En Michigan, un estado azotado por el virus, esa variante más contagiosa representa más de la mitad de los casos, de acuerdo con datos de los CDC. Las vacunas actuales son eficaces contra la llamada variante británica, pero otras mutaciones detectadas en el mundo han mostrado resistencia a esas vacunas.