Autoridades en la península de Yucatán en México, se quejaron el viernes de que los turistas no usaran mascarillas, en un momento en que el país se prepara para un aumento de visitantes para la Semana de Pascua.
El jefe de policía interino del estado de Quintana Roo, en la costa del Caribe, patrulló las calles del centro turístico Tulum, recordando a las personas a usar sus mascarillas y quejándose sobre las pocas personas que lo hacían.
PUBLICIDAD
Lamentablemente se había venido relajando mucho la disciplina, comentó Lucio Hernández Gutiérrez. Fue verdaderamente frustrante ver a cientos de personas paseando sin el uso de cubrebocas, señalando que los turistas son quienes menos cumplen.
Da muchísima pena que tengamos que llegar a este grado de estar invitando a la gente (a usar mascarillas) cuando debíamos estar conscientes del riesgo que tenemos, agregó.
Te recomendamos:
- Van 50 denuncias de patronos contra empleados que no quieren regresar a trabajar
- Ausente el PPD y el PNP en vistas sobre terapias de conversión
- Amanda Serrano hace historia de nuevo; boricuas brillan en la Plaza del Quinto Centenario
Las autoridades federales han decidido cerrar la zona arqueológica maya Chichén Itzá en el estado vecino de Yucatán del 1 al 4 de abril para evitar la posible propagación del coronavirus. El extenso complejo de templos es el segundo sitio arqueológico más visitado de México y suele atraer a 1,8 millones de personas al año.
Y, por segundo año consecutivo, la representación de la crucifixión de Cristo más famosa de Latinoamérica se llevará a cabo sin espectadores en Ciudad de México. En lugar de eso, la ceremonia que dura varios días será transmitida por televisión.
En años recientes, el espectáculo atrajo a unos 2 millones de espectadores, pero las autoridades indicaron que esas reuniones multitudinarias serían demasiado riesgosas durante la pandemia.
La representación detallada se realiza en la delegación de Iztapalapa desde 1843, pero en 2020 fue cerrada al público por primera vez en 177 años debido al virus. Primero se llevó a cabo en 1843 después de que un brote de cólera puso en riesgo a la entonces aldea rural.