El Senado de Estados Unidos confirmó el jueves a Xavier Becerra como secretario de Salud y Servicios Humanos, convirtiéndolo en el primer latino en ocupar ese cargo en la historia del país.
Becerra ocupará un puesto clave en la lucha contra el coronavirus y las ambiciosas campañas del gobierno para reducir los precios de medicamentos, ampliar el seguro de salud y eliminar las disparidades raciales en la atención médica.
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Becerra, hasta ahora procurador general de California, fue aprobado con 50 votos contra 49 para encabezar el Departamento de Salud y Servicios Humanos.
La entidad, conocida como HHS por sus siglas en inglés, tiene un presupuesto de 1,4 billones de dólares y abarca los programas de seguro de salud, la seguridad y aprobación de medicamentos, la investigación médica de punta, el tratamiento por abuso de drogas y el bienestar de los menores, que incluyen a los cientos de migrantes centroamericanos que arriban diariamente a la frontera con México.
Becerra, de 63 años, ha sido el procurador general de California desde 2017. Demandó al gobierno de Donald Trump 124 veces por distintas cuestiones, para furia de la derecha. Previamente fue legislador por California en Washington durante 24 años. Es abogado, no médico, y su experiencia con la salud pública proviene de su ayuda para aprobar la Ley de Cuidado de Salud Asequible durante la presidencia de Barack Obama y defenderla durante la de Trump.
“Comprendo los enormes retos que enfrentamos y nuestra responsabilidad solemne de ser los administradores fieles de una agencia que afecta casi todos los aspectos de nuestra vida”, dijo Becerra durante la audiencia de confirmación. “Asumo la tarea humildemente, estoy preparado para hacerlo”.
El funcionario proviene de una familia méxico-estadounidense de trabajadores: su padre trabajaba en la construcción de caminos y su madre era secretaria.
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Republicanos influyentes han dicho que Becerra no es apto para el puesto. Pero la Asociación Médica Estadounidense y la Asociación de Hospitales apoyaron su nombramiento. Una poderosa cámara empresaria, la de Investigadores y Fabricantes Farmacéuticos de Estados Unidos, felicitó a Becerra y dice prever una relación de trabajo colaboradora.
El líder del bloque republicano en el Senado, Mitch McConnell, sostuvo que “el rasgo distintivo de este postulante no es su pericia en salud, medicina o administración; esa parte de su currículum es muy breve. Lo que destaca es la inclinación del señor Becerra por la guerra partidista y su ideología de extrema izquierda”.
Durante su casi cuarto de siglo en la cámara baja, Becerra tendía a votar con los liberales, pero nadie lo consideraba un agitador de izquierda. Sus intereses eran la educación, la inmigración y el trato igualitario para las minorías. Su perfil era el de una persona con conocimientos, discreta, capaz de trabajar con los republicanos.
El líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer, dijo que las objeciones republicanas “rayan en lo ridículo”. Sostuvo que los republicanos “se quejaron a voz en cuello de que no tuviera experiencia directa como profesional de la medicina, aunque votaron al unísono” al designar a Alex Azar, que era farmacéutico, secretario de salud durante la presidencia de Trump.
La campaña del gobierno demócrata contra el COVID-19, dirigida desde la Casa Blanca, ya está acelerada. El presidente Joe Biden ha firmado la ley de rescate de 1,9 billones de dólares y los organismos hacen pronunciamientos casi a diario. Pero incluir a un secretario de salud significará una gran diferencia, dijo Kathleen Sebelius, titular de HHS durante buena parte de la presidencia de Obama.
“Muchos de los elementos importantes para esta campaña están en HHS, y (Becerra) ejercerá la función coordinadora crucial”, dijo Sebelius. “Es un multiplicador de fuerzas y pericia para las campañas ya iniciadas”.
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