A pocas horas de que se oficializara la autorización para la reapertura de escuelas desde el 1 de marzo, más de 30 sindicatos sostendrían una reunión con el gobernador Pedro Pierluisi, la secretaria designada de Educación, Elba Aponte Santos, y el secretario del Trabajo y Recursos Humanos, Carlos Rivera Santiago, donde se esperaba que, entre otras cosas se discutieran las preocupaciones que persisten ante la intención de retomar las clases presenciales.
“En el Departamento de Educación el semestre pasado habíamos trabajado, con el pasado secretario (Eligio Hernández), un documento para dar la oportunidad del teletrabajo a aquellos maestros que, una vez comenzaran las clases presenciales, tuvieran la necesidad de solicitarlo y así lo hicieran. Ese documento está vigente. Obviamente tenemos muchos compañeros maestros que tienen condiciones de salud, situaciones que se les hace complicado regresar a clases por la situación de la pandemia”, dijo Grichelle Toledo, secretaria de la Local Sindical de la Asociación de Maestros, a su llegada a la reunión en el Centro de Convenciones de Miramar.
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Toledo, igualmente, recordó que una cantidad sustancial de maestras son madres jefas de familia y, en principio, se verían en la obligación de compaginar su labor magisterial con el cuido de sus hijos.
Toledo y el presidente de la Asociación de Maestros, Víctor Bonilla Sánchez, indicaron que, a través los propios docentes, la organización ha advenido en conocimiento de al menos 23 escuelas públicas alrededor del país que se encuentran en plan de reapertura a inicios de marzo, aunque aclararon que no se trata de información oficial.
“Sabemos de cientos de maestros que están solicitando licencias sin sueldo. El número exacto no lo tenemos, pero sé de cientos que nos han ido reportando que prefieren estar en una licencia sin sueldo. Primero (por) la inseguridad, segundo, en el caso de estas (maestras) que no tienen con quien dejar a sus niños. Tenemos situaciones de matrimonios que ambos son maestros con niños en edad escolar. Todo esto complica el panorama”, subrayó Toledo, al recalcar que el teletrabajo representaría una solución para muchas de estas situaciones.
Según Bonilla Sánchez, un estudio interno de la Asociación de Maestros reflejó que el 93% de los padres prefiere que sus hijos no acudan a los planteles en la parte final de este semestre.
El secretario del Trabajo, en tanto, sostuvo que, más allá de las licencias de vacaciones y enfermedad ordinarias, los maestros y empleados no docentes no tienen alternativas para ausentarse a las escuelas que reabran sus portones en caso de que, por ejemplo, sientan temor a regresar al trabajo presencial.
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“Aquellas personas que no puedan regresar por una condición de salud, siempre va a estar disponible la licencia de enfermedad, que típicamente puede cobijar a cualquier trabajador. Lo importante es que tenga la evidencia médica. Tiene que verse caso a caso. Hay personas que quizás pudieran cualificar bajo un acomodo razonable si es que tiene una condición médica, que la Ley ADA (Ley para Personas con Discapacidades). Hay que ver los casos y las particularidades de cada caso. Si es una situación de que tiene temor, pudiese usar la licencia de vacaciones, pero no estaría cobijado ante una licencia en el estado de Derecho actual”, indicó Rivera Santiago.
Israel Marrero, vicepresidente del Sindicato Puertorriqueño de Trabajadores, que agrupa a cerca de 6,000 empleados del Departamento de Educación, admitió que no tenía altas expectativas ante el encuentro con el primer ejecutivo y los demás altos funcionarios.
Según Marrero, el Departamento de Educación tiene un déficit de 1,400 conserjes, una situación que cobra mayor relevancia ante las estrictas medidas de salubridad que impone el protocolo establecido por el Departamento de Salud para los planteles que retomen las clases presenciales.
“Realmente no tengo mucha expectativa de esta reunión. Esto es casi una asamblea de líderes sindicales, hay aproximadamente 55 líderes sindicales convocados. Esperamos tener nuestra oportunidad para poder seguir haciendo estos planteamientos y que finalmente nos puedan dar una reunión de trabajo”, manifestó Marrero.
“Hemos participado en reuniones como esta donde es muy poco el tiempo que se le puede dedicar a cada uno de los participantes y es poca la reacción que puede hacer el gobernador. Lo que suele ocurrir es que empiezan a anotar en una libreta, que luego no aparece y tenemos que seguir enviando cartas y pidiendo reuniones”, puntualizó el líder sindical.
