La Asociación de Restaurantes de Puerto Rico (ASORE) solicitó a la gobernadora que permita la apertura de los salones comedores en los restaurantes y la venta, consumo y expendio de bebidas alcohólicas servidas únicamente a la mesa durante los siete días de la semana.
“Durante este fin de semana vimos una merma considerable en las ventas en comparación con fines de semana anteriores, lo que nos lleva a concluir que se debe a los cambios recién implementados. Nuestra posición en todo momento es y será evitar el cierre de más negocios, pues según los estimados del National Restaurant Associaton, para mediados del 2021, el 30% de los restaurantes habrá cesado operaciones. Como industria, hemos demostrado que es posible continuar con nuestras operaciones regulares y a la misma vez, velar por la salud del pueblo de Puerto Rico”, reza una misiva enviada en días recientes a la gobernadora.
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Por su parte, el director ejecutivo de ASORE, Gadiel Lebrón, sostuvo que “nuestro interés es conservar la mayor parte de los empleos de la industria y afectar en menor escala las ventas durante la época navideña. En nuestro sondeo más reciente a los socios de nuestra organización obtuvimos que un 40% de los restaurantes ha experimentado una caída de más de 50% de las ventas. Además, se estima que un 25% de los restaurantes del país no volverán abrir, lo que se traduce en una pérdida de 30,000 empleos en la isla. No queremos que esa caída en ventas continúe y menos aún comenzar un nuevo año con la pérdida de empleos. Entendemos que al flexibilizar el horario del toque de queda y la Ley Seca, al igual que como se hizo con la industria de hoteles, puede lograr un balance entre las limitaciones y la economía de nuestra industria”.
ASORE destacó que los restaurantes en Puerto Rico fueron de los primeros en adoptar protocolos a nivel de industria conforme los requisitos establecidos por el gobierno estatal, los CDC y demás entidades encargadas de la salud y seguridad nacional. De igual manera, han participado activamente en todos los grupos de trabajo que se han creado para lidiar contra el COVID-19, presentando alternativas para evitar un mayor impacto en la economía local, que lleva más de una década en recesión, pero velando por la salud simultáneamente.