La empresa espacial Blue Origin de Jeff Bezos lanzó el martes un cohete New Shepard por séptima vez desde un rincón remoto de Texas para ensayar una nueva tecnología de alunizaje de la NASA que ayudaría a enviar astronautas nuevamente a la Luna.
El vuelo, que alcanzó una altura máxima de 106 kilómetros (65 millas), duró apenas 10 minutos. El cohete impulsor regresó verticalmente al centro de lanzamiento y lo siguió la cápsula, que cayó en paracaídas a la superficie del desierto.
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La cápsula transportó experimentos científicos, además de 1,2 millones de semillas de tomate que serán entregadas a niños de Estados Unidos y Canadá y decenas de miles de tarjetas postales con dibujos de temática espacial que serán devueltos a los jóvenes remitentes.
El cohete impulsor llevaba equipo de navegación de la NASA para futuros alunizajes. Los sensores y la computadora —ensayados durante el descenso del cohete— tendrán un nuevo viaje suborbital con Blue Origin. Es parte del programa Artemis de la NASA que busca enviar a la primera mujer y un hombre a la Luna para 2024, un plazo impuesto por la Casa Blanca.