El presidente Donald Trump y su rival demócrata Joe Biden conmemoraron el viernes el 19no aniversario de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, con actos donde sus diferencias de estilo no podían haber sido más pronunciadas: uno dedicó el tiempo a consolar discretamente a las familias y el otro proclamó el poderío de Estados Unidos.
Tanto Trump como Biden viajaron a Shanksville, Pensilvania, la zona rural donde el avión secuestrado Vuelo 93 se estrelló en un campo y todos los que estaban a bordo murieron, pero sus caminos no se cruzaron. Trump habló en el lugar durante la ceremonia matutina y Biden más tarde, después de asistir a la conmemoración anual en el Monumento Nacional y Museo 11/Sep en Nueva York junto con el vicepresidente Mike Pence.
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En un momento inusual de distensión durante una campaña caracterizada por la agresividad, Biden se acercó a Pence y le tocó el hombro para saludarlo. Luego chocaron codos —el saludo que reemplaza al apretón de manos durante la pandemia— y Biden repitió el saludo con la segunda dama Karen Pence.
Aunque no habrá un encuentro similar entre Biden y Trump, la jornada acercará a los dos candidatos como no sucede desde hace meses. Adicionalmente, si bien el país se concentra en las conmemoraciones, el significado político de sus visitas a Shanksville es imposible de soslayar: Pensilvania es un estado crucial en la elección de 2020. Trump lo ganó por menos de un punto porcentual en 2016 y los demócratas esperan recuperarlo este año.
Con todo, Biden enfatizó que se apartará de la política en una jornada nacional de luto que tiene lugar en medio de una tragedia en desarrollo: la pandemia.
“No voy a ser noticia hoy, no voy a hablar de nada que no sea el 11/Sep”, dijo Biden a los periodistas. “No habrá propaganda nuestra hoy. Es un día solemne y así lo observaremos, ¿de acuerdo?” La campaña de Trump no hizo una promesa similar y recalcó que los avisos de Biden seguían apareciendo.
Trump pronunció un discurso patriótico en Shanksville con la historia del Vuelo 93, que según las autoridades se dirigía hacia Washington hasta que los pasajeros al unísono dominaron a los secuestradores a mitad del vuelo.
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“Los héroes del Vuelo 93 son un recordatorio eterno de que cualquiera que sea el peligro, cualquiera que sea la amenaza, cualesquiera que sean las probabilidades, los estadounidenses siempre se pondrán de pie para luchar”. Expresó solidaridad con los familiares de las víctimas al decir que “hoy todo corazón en Estados Unidos late al unísono con ustedes”.
Mencionó cómo el país se unió después de los ataques, sin mencionar las divisiones actuales en torno al virus y otros problemas.
Junto con la primera dama Melania Trump depositó una ofrenda floral en el lugar y observó un minuto de silencio a bordo del avión presidencial a las 8.46, la hora en que el primer avión se estrelló contra el World Trade Center hace 19 años.
Distinta fue la escena en la ceremonia en Manhattan, que no incluyó a funcionarios públicos. En un momento de la lectura de los nombres de los muertos, Biden vio a una mujer que lloraba. Amanda Barreto, de 27 años, perdió a su madrina y su tía en los ataques.
Dijo que Biden se acercó y le dijo “él sabe lo que significa perder a alguien. Me dijo que me mantuviera firme. Adicionalmente, que lamenta mucho mi pérdida”. Dijo que agradecía sus palabras y que votaría por él en noviembre.
Maria Fisher, de 90 años, perdió a su hijo en los ataques. Le dijo que él también había perdido un hijo, en alusión a la muerte de su hijo Beau, de cáncer. “El dolor nunca pasa, ¿no es cierto?”, dijo y le entregó una rosa.
Casi 3.000 personas murieron en los ataques del 11 de septiembre de 2001, en Shanksville, el World Trade Center y el Pentágono.