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Arzobispo pide rehabilitación de la política partidista en Puerto Rico

Roberto González Nieves también urgió reflexión sobre la desigualdad que la pandemia del COVID-19 ha evidenciado

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El arzobispo de San Juan, Roberto González Nieves, invitó a reflexionar sobre la situación del COVID-19 en Puerto Rico y en el resto del mundo, ocasión que aprovechó para hacer un llamamiento a la “rehabilitación de la política partidista en Puerto Rico”.

González Nieves publicó el lunes la Carta Pastoral “Puerto Rico: Pandemia y Elecciones Generales, un llamado a la reflexión y al diálogo”, coincidiendo dicha publicación con la fiesta litúrgica de San Agustín.

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“De frente a estos desafíos y la crisis de credibilidad política en las últimas décadas, se hace apremiante y necesario aquí y ahora, pensar luchar, reconstruir y, sobre todo, rehabilitar la política en Puerto Rico. Hago un llamado a rehabilitar la política en general y la política partidista en particular, así como la forma de hacer gobierno. Rehabilitar la política requiere de hombres y mujeres que amen el bien; es decir, que amen a Dios y al prójimo como a sí mismo”, planteó el líder religioso.

Asimismo, urgió a defender el derecho al voto. “Apreciemos aún más y ejerzamos el valor de la democracia y alcemos el valor inestimable de nuestra voz cuando haya que opinar o reclamar, así como el derecho inalienable, sagrado y moral de nuestro voto. Recordemos, ejercer o no el derecho y la responsabilidad del voto, compromete una «acción política y repercute en el ámbito cultural y religioso”.

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Reclama cultura de solidaridad

De otro lado, la principal figura de la iglesia Católica en la Isla invitó a fomentar, dentro del proceso de la pandemia, la cultura de la solidaridad, donde “todos somos responsables de todos superando la tentación del oportunismo, egoísmo y aislacionismo. Por tal razón, se hace apremiante tomar conciencia personal y colectiva como pueblo y nación, y más aún, como cristianos y cristianas, ¿qué tipo de civilización estamos construyendo para Puerto Rico? Y en medio y después de las crisis ambientales, sociales, políticas y de fe, ¿qué hacemos o vamos a hacer con nuestra historia? ¿Para dónde vamos? ¿Hacia dónde queremos ir? ¿Qué tipo de decisiones políticas, económicas, científicas, sociales y religiosas como pueblo debemos emprender? ¿Qué tipo de liderazgo y decisiones faltan? ¿Realmente nos importa nuestro futuro y el de nuestros hijos e hijas? ¿Quién nos correrá la piedra del sepulcro para salir y alejarnos del mismo y que nos permita ver el horizonte y la realización de nuestro pueblo aquí ahora, y que corresponda con nuestro destino sobrenatural? ¿Tenemos un plan para resucitar o vamos a dejar que nuestra esperanza y amor muera?”, citando al Papa Francisco, el Arzobispo reflexiona sobre las grandes injusticias y desigualdades sociales que ha dejado al descubierto la Pandemia.

“La pandemia ha dejado al descubierto la difícil situación de los pobres y la gran desigualdad que reina en el mundo. Y el virus, si bien no hace excepciones entre las personas, ha encontrado, en su camino devastador, grandes desigualdades y discriminación”.

“La pandemia ha dejado al descubierto la difícil situación de los pobres y la gran desigualdad que reina en el mundo. Y el virus, si bien no hace excepciones entre las personas, ha encontrado, en su camino devastador, grandes desigualdades y discriminación”, sostuvo el líder religioso.

El arzobispo habló de otra gran pandemia “que se ha entronizado por décadas y debemos erradicar: la pandemia de la corrupción, cuyas víctimas son los más pobres. Esto es doloroso porque descalabra la credibilidad y vitalidad de la democracia, la moral y la esperanza de todos y todas, golpeando especialmente a los más sencillos y pobres de nuestra sociedad, los estudiantes de las escuelas públicas, la salud de los pobres, entre otros. La corrupción es una lacra social, política y económica que lo pudre y carcome todo…”.

 

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