Boeing detectó defectos de manufactura en algunos de sus aviones de largo alcance 787 en lugares donde se juntan las partes del fuselaje, un nuevo tropiezo para el gigante aeronáutico cuyo 737 Max sigue sin volar tras dos accidentes fatales.
La compañía dijo el viernes que ocho aviones deberán ser inspeccionados y reparados antes de poder volver a volar. Se puso en contacto con las aerolíneas pertinentes, que retiraron las aeronaves de servicio. Las aerolíneas no fueron identificadas.
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Boeing Co. dijo que descubrió “dos problemas claros de manufactura” en la parte trasera de ciertos 787, que significan que los aviones no satisfacen los estándares de diseño. La compañía dijo que notificó a la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos y que está tratando de determinar la causa del problema.
El asunto fue reportado inicialmente por The Air Current, que dijo que era la primera instancia conocida de problemas estructurales en el fuselaje de fibra de carbón, obligando a Boeing a decirles a aerolíneas que dejen en tierra algunos 787.
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El 787, que Boeing llama Dreamliner, entró en servicio en muchas aerolíneas en 2011 y se volvió popular en rutas largas debido a su tamaño y su eficiencia de combustible. Boeing ha entregado 1.000 de ellos.
En 2013, cuando había 50 aeronaves 787 en servicio, los aviones fueron dejados en tierra en todo el mundo durante tres meses luego de que las baterías en dos de ellos se sobrecalentaron, incluso en un 787 de Japan Airlines que estaba en el aeropuerto Logan en Boston. Los reguladores aéreos permitieron que los 787 reanudaran sus vuelos después de que Boeing rediseñó el armazón de las baterías de iones de litio usadas para sistemas auxiliares de electricidad, incluso el sistema eléctrico en la cabina de control.
El año pasado, Singapore Airlines detuvo los vuelos de dos de sus 787 después de que las hojas del ventilador en algunos de los motores Rolls Royce se deterioraron más rápidamente de lo esperado.