El presidente Donald Trump amenazó el miércoles con privar de fondos públicos a las escuelas que no reabran este otoño y fustigó a funcionarios de su propio gobierno por emitir directrices para la reapertura escolar que según él son excesivas.
Por medio de Twitter, Trump argumentó que países como Alemania, Dinamarca y Noruega han reanudado clases “sin ningún problema” y denunció que los demócratas quieren mantener cerrados los planteles puramente por razones políticas.
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“Los demócratas creen que será malo para ellos políticamente si las escuelas en Estados Unidos reabren antes de las elecciones de noviembre”, tuiteó el mandatario. “Pero es importante para los niños y las familias ¡Bien podría yo cortar el financiamiento si no reabren!”, agregó.
No aclaró cuáles fondos cortaría ni bajo qué autoridad.
Trump formuló sus comentarios al día siguiente de iniciar una intensa campaña para presionar a las autoridades estatales y locales para que reabran los planteles educativos. En un evento en la Casa Blanca el martes, funcionarios de salud y de educación argumentaron que privar a los alumnos de asistir físicamente a clases causará más daños a su salud que el coronavirus.
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Entre los que pedían la reapertura de escuelas estaba el director de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés). Pero Trump se quejó el miércoles que las condiciones solicitadas por esa agencia para reabrir las escuelas “son demasiado duras y costosas”.
“Quieren que las escuelas reabran, pero al mismo tiempo les piden condiciones poco prácticas ¡Yo me voy a reunir con ellos!”, escribió el mandatario.
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El director de los CDC, doctor Robert Redfield, ha enfatizado que sus directrices son sólo recomendaciones, y llamó a los institutos educativos a reanudar clases pero tomando medidas para evitar el contagio de COVID-19.
“Nada me causaría más tristeza que ver que alguna escuela usó nuestras directrices como razón para no reabrir”, expresó Redfield.
Tales lineamientos incluyen el porte obligatorio de cubrebocas, mantener alejados los pupitres, que los niños entren en horarios escalonados, que coman en el aula en vez de la cafetería y la creación de barreras físicas entre los lavamanos en el baño.
Trump no aclaró cuáles de esas normas consideraba excesivas.
El miércoles, la comisión presidencial para el manejo del coronavirus sostenía una reunión dentro del Departamento de Educación, una medida que reflejaba el empeño del gobierno de Trump por obligar a las escuelas a reabrir este otoño.