Presentándose a sí mismo como vindicado y vindicativo, el presidente Donald Trump convirtió lo que se sabe hasta ahora de la investigación sobre Rusia en un arma política durante un mitin en Michigan que fue en parte una celebración victoriosa y en parte un acto de campaña con miras a las elecciones de 2020.
Trump desató una ferviente diatriba el jueves sobre la pesquisa, que calificó de “el mayor timo de la historia de nuestro país”. Advirtió que quienes lanzaron la investigación “serán hechos responsables”, expresó sus quejas sobre la “injusta” cobertura por parte de la prensa y dijo furioso que el asunto fue un intento de “desgarrar nuestra gran democracia”.
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“Luego de tres años de mentiras, calumnias y difamación, el timo de Rusia está acabado”, dijo. “Esto no fue nada más que un intento siniestro para minar nuestra histórica victoria electoral y sabotear la voluntad del pueblo estadounidense”.
Trump pronunció su discurso de 82 minutos ante una ruidosa concurrencia en un estado clave que Trump les arrebató a los demócratas en 2016.
Marcó el primer acto político de Trump desde que el secretario de Justicia William Barr dio a conocer un resumen de cuatro páginas que dijo que el fiscal especial Robert Mueller no encontró pruebas de que el equipo de campaña de Trump “conspirara o colaborara” con el gobierno ruso para manipular las elecciones de 2016.
Con los nubarrones de la pesquisa mayormente despejados, Trump espera ganar la reelección, reteniendo a su lado a Michigan y otros estados del cinturón industrial del país.
“Va a ser mucho más fácil la segunda vez. Somos uno por otro”, se jactó Trump.
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Trump vinculó la investigación de Mueller con una serie de pesquisas lanzadas por los representantes demócratas y trató de demostrar que, tras las conclusiones de Mueller, las pesquisas adicionales son una extralimitación partidista.
“Los demócratas deben decidir ahora si continuarán defraudando al pueblo estadounidense con esa porquería ridícula “, dijo Trump, llamando al partido rival a trabajar con él en asuntos como infraestructura y precios de los medicamentos.
Aunque la base de apoyo de Trump se ha mostrado recelosa de Mueller, el presidente cree ahora que los independientes y los demócratas moderados que le apoyaron en la elección pasada y que posteriormente se alejaron podrían volver a apoyarlo ahora si se convencen de que él fue atacado injustamente.
Trump aprovechó la ocasión para aumentar sus ataques a la prensa, que muchos de sus partidarios consideran alimentó las llamas de la pesquisa para tratar de provocar la caída del presidente.