El primer perfil de cuidadores informales de adultos mayores hecho en Puerto Rico fue presentado hoy por la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico. El estudio detalla la complejidad de las necesidades de este creciente grupo, así como la urgencia de tomar acción ante el sombrío panorama de la próxima década, que proyecta a la Isla como un país de viejos pobres, sin personas que los atiendan.
Según Ángel Muñoz Alicea, coordinador de la Escuela de Cuidadores de Adultos Mayores de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico (PUCPR) el estudio se trabajó con una muestra de 300 cuidadores informales de 45 municipios que, voluntariamente, participaron en un extenso proceso de recolección de datos e información. Además, se revise la literatura existente para identificar variables parecidas, y realizar una comparación con estudios de otros países que incluyen a Arabia Saudita, Chile, Colombia, España y México.
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“Este es el primer estudio de campo que se hace en Puerto Rico con una muestra tan amplia y diversa, en donde nuestros investigadores visitaron grupos de apoyo, iglesias, centros de cuidado, comunidades, hogares y diferentes lugares donde se encontraran cuidadores informales de adultos mayores. Ante el envejecimiento acelerado del país, este estudio nos da una idea de cómo son los cuidadores informales, cuáles son sus necesidades más urgentes y cuáles los efectos en su salud física y emocional al cargar con esta gran responsabilidad”, explicó el doctor Muñoz Alicea.
Entre los hallazgos más relevantes del estudio, Muñoz Alicea destacó que de los 300 cuidadores entrevistados, 232 (77.3%) eran mujeres y 68 (22.7%) eran hombres, la edad promedio de la muestra fue de 51 años, y cerca de la mitad de los cuidadores informales (44.7%) estaba bajo el nivel de pobreza, generando menos de 10 mil dólares al año. El 48% de ellos recibe sus ingresos de ayudas del gobierno, como pensiones y seguro social, además de que el 56% no tiene un empleo asalariado. Asimismo, el 96.6% no recibe aportación económica de familiares. Un dato que llamó la atención del grupo de investigadores fue que el 78.2% de los entrevistados posee estudios universitarios que van desde cursos técnicos hasta doctorados. Este dato contrasta con los estudios realizados en América Latina, en donde la mayoría de los cuidadores no posee ni siquiera el grado de escuela superior, destacó Muñoz Alicea.
Efectos en la salud
La carga de cuidar a un adulto mayor impacta la salud física y emocional de los cuidadores informales, refleja el estudio. El 66.3% entiende que su salud física se puede ver afectada. Sobre la salud psicológica, el 70.3% dijo sentir que su salud emocional se puede ver afectada. El 60.5% de los encuestados asegura que su vida social pudiera verse afectada, y el 50.4% prevé efectos negativos en su vida familiar. Mientras, el 36% asegura que también su vida de pareja pudiera enfrentar dificultades. El 49.8% de los cuidadores dijo tener menos energía que antes, y el 38% ha visto cambios en sus patrones de sueño. El 42.8% se cansa o fatiga más que de costumbre, pero solo el 2% aseguró que ha perdido la capacidad total para concentrarse. El 41.7% de los cuidadores experimentó falta de interés en el sexo en algún nivel, el 22.9% siente menos interés en el sexo y el 11.3% perdió todo interés en la intimidad con su pareja.
Según Muñoz Alicea, cerca de la mitad de los cuidadores entrevistados dijo tener algún nivel de ansiedad entre leve y severo (49.7%). Entre los síntomas más destacados de la ansiedad está la capacidad para relajarse y presentar nerviosismo. Sobre la depresión, un 26.4% de los participantes mostró algún nivel de este mal, entre leve y severo. Según el estudio, un 73.7% de los entrevistados presenta un grado mínimo de depresión, mientras que el 5% presentó un grado severo de depresión. En la sintomatología de la depresión se destaca la falta de placer, la agitación y la indecisión, explicó Muñoz Alicea.
El 45.2% de los cuidadores dijo no disfrutar de las cosas como antes, mientras que el 42.8% expresó sentirse más inquieto o tenso que de costumbre. Un pequeño grupo, el 6.7%, dijo sentirse tan inquieto o agitado que tiene que moverse constantemente. Sin embargo, la toma de decisiones no se ha afectado en la mayoría. El 55.4% entiende que toma las decisiones tan bien como siempre.
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Necesidad de adiestramientos
Según el Coordinador de la Escuela de Cuidadores de Adultos Mayores de la PUCPR, entre las preocupaciones de los entrevistados se refleja un gran interés en adiestramientos formales. El 75.3% de los encuestados nunca ha participado en cursos relacionados con el cuidado de un adulto mayor y la gran mayoría, el 94.6%, entiende que podría ser un mejor cuidador luego de algún curso o adiestramiento. El 81.6% de los entrevistados dijo estar dispuesto a tomar este tipo de adiestramiento si se ofreciera ‘online’. Las entrevistas revelaron que, aunque el 57.2% dijo tener experiencia cuidando adultos mayores, la gran mayoría (83.6%) de los cuidadores siente preocupación en torno a no poder ayudar de manera efectiva en el cuidado del adulto mayor. Cerca del 60% (59.5%) de los entrevistados manifestó tener miedo de cometer errores mientras el adulto mayor está bajo su cuidado.
Urgen tomar acción
Según el Dr. Muñoz Alicea, “si se ignora el efecto en la salud física y emocional que viven los cuidadores informales durante la próxima década, Puerto Rico proyecta un complicado y sombrío panorama. Si no se establecen planes de política pública para los próximos 10 o 15 años, el escenario va a ser más complicado y vamos a tener adultos mayores sin cuidadores, por lo que el gobierno va a tener que asumir la responsabilidad de esta creciente población. Vamos a tener un país viejo, pobre y sin cuidadores informales”, dijo el Dr. Muñoz Alicea.
El académico señaló que es vital desarrollar censos más específicos, programas educativos que empiecen en la escuela elemental y aumentar las partidas de presupuesto para las entidades a cargo de esta demográfica. “Hoy, casi un tercio de la población es mayor de los 60 años y eso está aumentando dramáticamente. Próximamente los ‘baby boomers’ se estarán retirando y los ‘millenials’ tendrán que asumir el cargo de cuidadores. Ya estamos viendo las repercusiones de estos cambios demográficos con vecinos cuidando adultos mayores que no tienen a nadie. Es vital que de la misma forma en que se les enseña maternidad y paternidad responsable a los jóvenes, se les enseñe cómo cuidar a un adulto mayor con sensibilidad, dignidad y respeto. De esta manera podrán ser parte del equipo de ayuda en la familia.
Añadió que la Escuela de Cuidadores de Adultos Mayores de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico estaría disponible para colaborar con el Departamento de Educación para desarrollar las guías para los currículos, además de estar prestos a reunirse con la Gobernadora y la Legislatura para apoyar la creación de política pública de apoyo a cuidadores informales y a la creciente población de adultos mayores.