Han pasado cuatro décadas desde que Joaquín y Lucía Galán crearon “Olvídame y pega la vuelta” y se lanzaron al mundo como Pimpinela, ocasionando un revuelo que apenas dos años después los llevó de la sala de su casa en Buenos Aires al Radio City Music Hall de Nueva York.
El dúo de hermanos, que se ha mantenido vigente con éxitos tan recientes como el pandémico “2020, el año que se detuvo el tiempo” y “Traición”, un tema a favor del matrimonio igualitario cuyo video suma más de 33 millones de vistas en YouTube, celebrará a lo grande este hito con una gira estadounidense que comienza el 14 de octubre en Phoenix, Arizona.
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Tan sólo este mes, “Pimpinela: Gira 40 Aniversario” hará nueve paradas, entre ellas en Los Ángeles, Chicago, Washington, San Antonio y Houston, con más fechas previstas para el 2022 en ciudades que incluyen Nueva York y Miami.
“Va a ser un concierto muy emotivo porque imagínate, son 40 años y hemos crecido con toda la gente que nos va a ver, de todas las edades”, dijo Joaquín Galán en una entrevista reciente con The Associated Press por videollamada desde Buenos Aires. “Habrá muchas canciones que vamos a hacer en popurrís para poder meter más temas… Lo que esperamos es que haya mucha emoción”.
La historia de los Galán se remonta a su infancia como parte de “una familia muy musical” en la que su padre asturiano cantaba y tocaba la gaita y “todos cantaban maravillosamente bien”, recordó Lucía. Pero la responsable de que se dedicaran juntos a la música fue su madre.
“Nosotros también cantábamos de chicos y mamá lo único que hacía era insistir para que hiciéramos profesionalmente lo que hacíamos en casa. O sea que Pimpinela surgió de esa unión familiar musical, y de esa insistencia por parte de mamá”, dijo. “Empezó como un juego donde la familia tenía mucho que ver, y siguió así por suerte, siguió con esa sensación de apoyo permanente y de entusiasmo por parte de todos”.
Lucía tenía unos 20 años y Joaquín 26 cuando grabaron “Olvídame y pega la vuelta”. Desde entonces, han lanzado baladas pop tan populares como “Cosas del amor”, “Cómo le digo”, “Por ese hombre” y “A esa” y recibido más de 90 discos de oro, platino y diamante por sus altas ventas, además de premios que incluyen el Latin Grammy a la Excelencia Musical de la Academia Latina de la Grabación en 2019.
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Durante la entrevista, ambos reflexionaron sobre su trayectoria, las ventajas y dificultades de mantener una relación profesional siendo hermanos (muchos inicialmente pensaron que eran marido y mujer), cómo fue que nació la canción que los lanzó al estrellato y dónde esperan verse en los próximos años.
Las respuestas fueron editadas para mayor brevedad y claridad.
AP: ¿Qué sienten cuando miran atrás y ven que han pasado 40 años?
Lucía: Lo que yo siento es como la sensación de que hubiéramos empezado ayer. Es como un abrir y cerrar de ojos. Y lo que sí, un profundísimo agradecimiento, porque creo que más allá de nuestro trabajo y nuestra dedicación o lo que sea, hubo una respuesta de la gente del otro lado todos estos 40 años, que es lo que nos permite seguir estando y seguir de gira y seguir con proyectos nuevos diferentes.
Joaquín: Sí, para bien o para mal no tomamos con conciencia mucho el tiempo, somos de esa gente que a veces piensa que todo es eterno, o yo por lo menos. Estoy tan concentrado en el próximo proyecto sea cual fuere, sobre todo cuando ya está armado, el actual, el presente, que eso te hace no pensar en el paso de los años.
AP: El hecho de ser hermanos, ¿ha facilitado o dificultado su relación de trabajo?
Lucía: Por supuesto todas las relaciones son diferentes y hay que trabajarlas todas, familiar, de pareja, de amigos… En nuestro caso fue más ventajoso ser hermanos porque fue más importante la relación de hermanos que la profesional, y los altibajos o las discusiones o los momentos críticos que pudimos haber tenido los pudimos ir sorteando. Hemos hasta llegado a hacer terapia con un terapeuta profesional de sociedades, porque claro, hay que aceptar las diferencias, hay que trabajarlas, hay que respetar lo que piensa el otro y tratar de no mezclar esa relación de confianza de hermanos. Pero lo de hermanos ayudó mucho a que siguiéramos trabajando juntos, por supuesto.
Joaquín: Yo creo que ayudó y que si no fuéramos hermanos posiblemente no estaríamos juntos trabajando porque no hubiera habido una razón. El tema de ser hermanos y de criarnos de la misma forma, con el mismo origen, y al lado de una familia tan musical, esa estirpe de inmigrantes españoles trabajadores que saben lo que es el sacrificio y la vocación por la música, la unión familiar, todo eso son cosas que, como dice un terapeuta, hemos tomado con la sopa, hemos mamado de pequeños, y eso todo nos ha dado una gran unión y nos ha hecho también muy creativos. Eso ha colaborado para hacer de la carrera algo muy excitante, pero también por momentos confrontativo. Por eso tuvimos que aprender a “negociar” y ha enriquecido mucho la labor.
AP: ¿Cómo recuerdan ese primer éxito?
Joaquín: Yo ya venía hacía 10 años cantando con un grupo musical, un grupo de mi colegio; éramos todos hijos de la generación de los Beatles y yo quería triunfar con ese grupo. No tenía en mente ni idea de cantar con mi hermana, que quería ser actriz. La que fue visionaria ahí fue mamá, y yo le decía: “Mamá, si encontramos alguna vez algo distinto para hacer, si sale alguna canción que compongamos que nos divierta, te vamos a hacer caso y haremos algo juntos. Mientras no insistas más”. Un día compuse “Olvídame y pega la vuelta” y Lucía vino del colegio y empezó a teatralizarla. Yo le dije, “tú di ‘¿quién es?’ y yo voy a decir ‘soy yo’, ‘¿qué vienes a buscar?’” Empezamos a cantar y ya empezó a poner las caras que hacía en sus ejercicios de improvisación en las clases de teatro y nos empezó a parecer muy divertido. Y ahí, como un juego, empezamos a darle forma y a los dos años estábamos en el Radio City. Fue una cosa muy mágica porque no había redes sociales, había que ir país por país, pero “Olvídame y pega la vuelta” fue como una explosión, fue como un reguero de pólvora y fue el punto de partida del estilo (de Pimpinela).
AP: Así como “Olvídate y pega la vuelta” le dio la vuelta al mundo en su momento, recientemente volvieron a ser tendencia con “Traición”. ¿Cómo logra un dúo o grupo mantenerse vigente a lo largo de tanto tiempo, a través de tantos cambios en la sociedad, en los gustos populares y la industria de la música?
Joaquín: Nosotros nunca quisimos ser una moda, siempre proyectamos inconscientemente supongo, sin darnos cuenta, una carrera no de 100 metros sino de fondo. Entonces fuimos siempre haciendo un camino paralelo a las modas. Cuando empezamos en Argentina lo que se estilaba era la trova cubana, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, el rock nacional, imagínate, nada que ver con todo eso, pero Pimpinela era el artista en los 80 que más vendía discos en Argentina. Y así siguió la carrera por supuesto, hubo muchos momentos entre “Olvídame y pega la vuelta” y “Traición”, pero es lindo el concepto de lo que dices porque después de 40 años uno normalmente vuelve a repetir su repertorio o hace variantes en su repertorio habitual, pero que aparezcan canciones inéditas y que tengan un mensaje actual como “Traición”, es raro. Son esas cosas que salen porque siempre estuvimos conectados con el presente, con la realidad.
AP: ¿Dónde se ven en los próximos 10 años?
Lucía: Nos seguimos viendo arriba de un escenario, nos seguimos viendo en televisión, hay proyectos para hacer una biopic (cinta biográfica) de nuestra vida, hay montón de proyectos y de planes todavía a futuro, así que nos vemos en Pimpinela.