La selección oficial de México en 2011 para la competencia de la mejor película extranjera de los Óscar, Miss Bala, presentaba un acercamiento a los certámenes de belleza y el supuesto vínculo con el bajo mundo en la frontera mexicana.
La nueva propuesta que estrena Sony Pictures hoy en Puerto Rico, presenta a nuestra protagonista, quien en esta ocasión es una joven maquillista cruzando la frontera de California a Tijuana para ayudar a su mejor amiga en su preparación de cara a un certamen de belleza, utilizado entre elementos del bajo mundo y policías corruptos de la región para encubrir crímenes.
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Durante una actividad en una discoteca, se suscita un enfrentamiento entre la Policía y narcotraficantes que termina en el secuestro del personaje principal, interpretado por la actriz de ascendencia puertorriqueña Gina Rodríguez (Jane the Virgin). Esta se ve obligada a trabajar para el líder de un poderoso grupo de narcos, interpretado hábilmente por el puertorriqueño Ismael Cruz Córdova (Ray Donovan), suceso que la obliga a utilizar todas sus destrezas físicas y emocionales con la intención de lograr su objetivo. Los creadores de la cinta original se inspiraron en el caso verídico de una reina de belleza, Miss Sinaloa 2008, que fue arrestada en Guadalajara junto a miembros de una ganga por posesión de municiones.
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Esta versión, que resulta ser una propuesta más comercial y ajustada a un público más amplio, cuenta con una introducción satisfactoria, pero comienza a mostrar inconsistencias en el guion durante el segundo acto, que provoca que la resolución de la historia se sienta apresurada y forzada, loque le resta credibilidad a la evolución y la transformación del personaje principal.
Tanto Rodríguez como Cruz logran sacar a flote unos personajes que navegan en un fracturado guion que no permite adentrarse en las circunstancias del personaje del líder narco, principalmente desaprovechando el contexto políticosocial actual, que los habría provisto de mayor profundidad a ambos personajes.
Con la limitada acción física que presenta el material, la directora Catherine Hardwicke (Twilight) pierde la oportunidad de exponer de manera más cruda, como hiciera Denis Villeneuve en Sicario, un tema que pudo ser un vehículo para amplificar las capacidades histriónicas de los actores principales que, aun así, logran, gracias a sus recursos, carisma y química, rescatar la cinta de ser desechable.
Aquellos que quieran comparar versiones, la original se enfoca en la travesía dramática y transformadora de una reina de belleza, mientras que esta se concentra en el rompecabezas que tiene que armar la figura central para llevar a cabo su misión. En resumen, si vas buscando una cinta tipo Point Break o Sicario, aunque cuenta con elementos de ambas cintas, no logra el impacto emocional esperado, lo que resulta en una experiencia promedio.