Emma Stone logró hoy el Óscar a la mejor actriz por su trabajo en el musical La La Land, categoría en la que competía frente a Isabelle Huppert (Elle), Ruth Negga (Loving), Natalie Portman (Jackie) y Meryl Streep (Florence Foster Jenkins).
“Me doy cuenta de que estar aquí se debe a una confluencia de suerte y oportunidad”, dijo la intérprete tras recoger el galardón.
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Stone dio las gracias al director de la cinta, Damien Chazelle, por confiar en ella para “formar parte de un proyecto especial y único en la vida”.
También tuvo palabras para su compañero de reparto Ryan Gosling.
“Gracias por hacerme reír, por subir el listón y ser el mejor socio en esta aventura”, apuntó. “Aún tengo mucho que aprender en esta industria, pero este es un símbolo precioso para continuar ese camino”, agregó.
Esta era la segunda nominación de Stone (Birdman) y la primera en esta categoría.
Stone, que interpreta en la cinta a Mia, una joven aspirante a actriz, canta, baila y enamora en la obra de Damien Chazelle, un musical para el que ensayó durante casi tres meses y para el que le sirvió su experiencia previa en el teatro con la obra “Cabaret”.
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La química de Stone con Ryan Gosling -con quien ya coincidió en Crazy, Stupid, Love y Gangster Squad– es uno de los puntos fuertes de la cinta, y la intérprete se desempeña con destreza y talento en las coreografías de ensueño de la historia, ya sea enamorándose en las colinas de Hollywood o surcando el cielo del observatorio Griffith.
Stone es el motor, el corazón y el alma de esta cinta que ya le ha deparado el Globo de Oro, el BAFTA y el premio del Sindicato de Actores de EE.UU. por un personaje con el que guarda ciertos paralelismos, ya que en la vida real también pasó años tratando de mostrar su talento en multitud de audiciones y nunca perdió la fe en sus posibilidades a pesar de los constantes rechazos.