Los espectadores no necesitarán portar mascarillas ni demostrar que se han vacunado contra el coronavirus para asistir a los partidos del Abierto de Estados Unidos, que comienza la próxima semana con aforo completo en los graderíos.
Las medidas contrastan con las del año pasado, cuando no se permitió siquiera el ingreso de público debido a la pandemia.
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“La meta no es prevenir todos los casos de COVID. La meta, en realidad, es asegurarnos de que no haya un brote que sea atípico o del que nos lamentemos”, dijo en conferencia de prensa el miércoles el doctor Brian Hainline, vicepresidente de la Asociación de Tenis de Estados Unidos (USTA) e integrante de su consejo médico. “Seguimos confiando en la buena voluntad de la gente. Los que no se han vacunado —aunque no va a ser obligatorio— deberían portar mascarillas. Esperamos que muchos de los vacunados las utilicen”.
El último torneo de Grand Slam en el año inicia el lunes en Nueva York.
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Debido a la variante Delta del virus, altamente contagiosa, en Estados Unidos se reportan hasta 150.000 casos diarios de COVID-19, el nivel más alto desde enero.
Hainline y otros dirigentes de la USTA indicaron el miércoles que los protocolos del torneo se basan en los lineamientos de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades en Estados Unidos, así como el Departamento de Salud Pública de Nueva York.
“No es una decisión de la USTA o del U.S. Open. La decisión viene de la ciudad de Nueva York”, dijo Hainline, que también es jefe médico de la NCAA, el ente regulador del deporte colegial en el país.
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Aunque los jugadores y sus comitivas podrán salir a la ciudad durante el torneo, la USTA distribuyó un gráfico que dice en letras negras: “Se recomienda enfáticamente que todos tengan precaución, especialmente debido a la variante delta. Intenten evitar reuniones numerosas, abarrotadas en interior. Socialicen sólo entre su equipo en interior. Utilicen máscaras en interior incluso con otras personas que estén completamente vacunadas pero que no están en el equipo de apoyo”.
Los jugadores no necesitan estar completamente vacunados para participar en el certamen. Serán sometidos a pruebas de COVID-19 cuando lleguen a Nueva York y posteriormente cada cuatro días. Un resultado positivo llevará a que el jugador tenga que aislarse por 10 días y se tendrá que dar de baja del torneo.
Los espectadores no tendrán que llenar un cuestionario de salud y no se les tomará la temperatura al ingresar al Centro de Tenis Billie Jean King National.