El neurocirujano Leopoldo Luque, cara visible del equipo médico que tenía bajo su cuidado la salud de Diego Maradona, declaraba el lunes ante los fiscales que investigan la muerte del astro del fútbol por supuesta negligencia médica.
Luque se presentó junto con sus abogados en la Fiscalía General de San Isidro a prestar declaración indagatoria como imputado por homicidio simple con dolo eventual, delito que contemplada una pena de entre ocho y 25 años de prisión.
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Maradona murió el 25 de noviembre a los 60 años a causa de un paro cardiorrespiratorio, mientras cumplía una internación domiciliaria en una casa alquilada en las afueras de Buenos Aires tras una cirugía en que se le extrajo un edema craneal.
Las acusaciones contra los médicos
Según la acusación de los fiscales, Luque y el resto del equipo médico que cuidaba a Maradona “infringieron los deberes que cada uno tenía a su cargo… incrementando el riesgo por fuera del margen permitido y condujeron al fatal desenlace del paciente que, de lo contrario, hubiese podido evitarse”.
El neurocirujano presentó ante los fiscales un escrito de 85 páginas sobre su versión de los hechos, confirmó a The Associated Press el abogado Jorge Rivas. No obstante, su cliente aceptó someterse a un interrogatorio que continuaba pasado el mediodía.
En el texto, al que la AP tuvo acceso, Luque manifestó que “las afirmaciones falaces de los hechos que los fiscales afirman tienen que ver con las incongruencias y mala interpretación de los hechos que realizaron los peritos médicos propuestos por la fiscalía… por lo que solicito la repetición de la misma con peritos médicos especialistas en cada una de las materias, ajenos al proceso, es decir imparciales”.
Si bien la autopsia concluyó que Maradona falleció por causas naturales, por impulso de los hijos del exfutbolista la justicia inició una pesquisa y convocó a una junta médica de expertos, la cual concluyó que el desempeño del equipo de salud fue inadecuado y temerario.
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También señaló que la internación domiciliaria de Maradona “no cumplía con los lineamientos mínimos de tal en un paciente de la pluripatología compleja que presentaba”. El capitán del seleccionado argentino campeón del mundo en 1986 sufría las secuelas de años de adicción a las drogas y el alcohol.
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En su descargo, Luque dijo que la internación domiciliaria de Maradona no estuvo a su cargo sino del equipo de médicos clínicos y enfermeros designados por la empresa privada de salud que había contratado el Diez.
En los días previos a la muerte de Maradona, “nunca un médico o enfermero me informó algún parámetro clínico del paciente”, sostuvo Luque. Detalló además que desde 2019 hasta su deceso, Maradona se realizó distintos chequeos médicos y “ninguno de los estudios realizados llamaron la atención de los médicos que lo evaluaron, cada uno en su especialidad, ya sea desde el punto de vista clínico como cardiológico”.
“Los resultados obtenidos en los mismos eran normales”, afirmó.
Según Luque, “la enfermedad más grave que padecía no era física… sino que eran problemas específicos de salud mental, debido a sus adicciones… era un paciente que contaba con antecedentes de por lo menos 20 años de uso problemático de drogas (tanto legales como ilegales) y de abuso de alcohol”.
Además de Luque también están imputados la psiquiatra Agustina Cosachov, el psicólogo Carlos Díaz, los enfermeros Dahiana Madrid y Ricardo Almirón, la médica Nancy Forlini y el coordinador de enfermeros Mariano Perroni. Estos seis ya declararon y deslindaron responsabilidades.
Tras la declaración de Luque, los fiscales tienen un plazo de diez días hábiles —aunque en la práctica suele ser mayor— para resolver si procesan a los imputados y continúan con la investigación o quedan libres de cargos.