Dos tenistas se encuentran dentro los tres más recientes casos de COVID-19 detectados en las pruebas realizadas a los pasajeros que llegaron en los vuelos fletados para el Abierto de Australia.
El director del torneo Craig Tiley informó que no se considera que los jugadores sean contagiosos, y están alojados en los hoteles previstos para las cuarentenas.
PUBLICIDAD
Los primeros seis casos positivos trascendieron durante el fin de semanas, vinculados a vuelos procedentes de Los Ángeles, Abu Dabi y Doha.
Todos los pasajeros en esos vuelos, entre ellos 72 tenistas, quedaron bajo la categoría de contactos cercanos de personas infectadas por el coronavirus y deben cumplir una rigurosa cuarentena, bajo las directrices de las autoridades sanitarias. Ello significa que no puede salir de su habitaciones de hotel durante un periodo de 14 días. Los seis contagiados, incluyendo el integrante de una tripulación de vuelo y dos entrenadores en vuelos distintos, fueron transferidos a un hotel médico.
El gobierno del estado de Victoria anunció el martes los tres nuevos positivos, los primeros que involucran a jugadores.
Citado por la agencia noticiosa Australian Associated Press, Tiley indicó que las autoridades sanitarias “necesitarán confirmar que transmiten el virus, pero puede decirles que no se encuentran en el hotel médico”.
La Federación Australiana de tenis declinó brindar a The Associated Press una lista con los 72 jugadores afectados por la cuarentena rigurosa, pero muchos — como el argentino Diego Schwartzman y el uruguayo Pablo Cuevas — han difundido su situación mediante publicaciones en las redes sociales.
PUBLICIDAD
Te recomendamos:
- Gobierno comenzará a entregar los $600 para individuos
- Alcalde de Bayamón cuestiona aumento en la tarifa de la AEE
- Educación continúa sin poder acceder a cientos de millones de dólares congelados
Más de 1.200 jugadores, entrenadores, personal, oficiales e integrantes de la prensa han arribado en 17 vuelos fletados desde el jueves para alistarse para el Abierto de Australia que inicia el 8 de febrero.
El primer ministro del estado de Victoria, Daniel Andrews, indicó que los casos ligados al torneo serán reclasificados a “propagación no infecciosa” y posiblemente permitir cambios para algunos jugadores en cuarentena.
Pero Brett Sutton, la principal autoridad médica del estado, aclaró después que es poco probable que la reclasificación difícilmente implique que alguno de los 72 jugadores en cuarentena — sin libertad de salir de sus habitaciones para entrenarse como el resto — podrá salir de su aislamiento antes de lo previsto.
Múltiples jugadores han recurrido a las redes sociales para detallar las dificultades que padecen en el confinamiento, con algunos quejándose que no sabían de la estricta cuarentena.
“Estos son deportes de alto nivel y es muy duro mantener a un deportista de alto nivel en una habitación”, dijo Tiley. “Esta es el aporte que han tenido que hacer para poder tener el privilegio de venir a competir por un premio de 80 millones (62 millones de dólares).
Los organizadores tuvieron una conferencia zoom con los jugadores la noche del lunes y Tiley reconoció que debió responder a las críticas. Señaló que las advertencias sobre los riesgos no se explicaron bien.
En una entrevista con la cadena de televisión Nine Network, Tiley también descartó la petición de algunos jugadores de reducir los encuentros al mejor de tres sets en el cuadro masculino del primer Grand Slam del año.
“Somos un Grand Slam”, advirtió Tiley en una entrevista . “En este momento la posición se mantiene en tres de cinco sets para los hombres y dos de tres para las mujeres”.
Tiley salió en defensa de Novak Djokovic, quien apeló a los organizadores del Abierto para atenuar las restricciones en una lista que incluye la petición de llevar a la mayor cantidad de jugadores posibles a residencias privadas con canchas de tenis.
La petición de Djokovic fue rápidamente negada por Andrews.
Un grupo pequeño de jugadores que arribó a Adelaide, incluyendo a Serena Williams, Naomi Osaka, Novak Djokovic y Rafael Nadal, tiene permitido llevar a cabo sesiones de entrenamiento en exterior bajo protocolos de bio-seguridad.
El estado de Victoria, en el que Melbourne es la capital, ha registrado 810 de los 909 decesos en Australia por COVID-19, la mayoría durante una segunda oleada hace tres meses que forzó a un confinamiento en la ciudad.