Aquejada por una torcedura de tobillo y abajo por un quiebre en el tercer set, Serena Williams parecía en problemas el martes, ante una rival que estaba jugando el mejor torneo de su vida.
Pero Williams nunca se rinde. Y ahora está a dos victorias de ese 24to título de Grand Slam que se le ha negado.
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Alcanzó las semifinales en el All England Club por 12da ocasión, recuperándose de cinco quiebres de servicio para superar a Alison Riske por 6-4, 4-6, 6-3 en la Cancha Central.
Williams estaba consciente de que su saque no le daba todos los puntos que necesitaba, y recurrió a romper el servicio de su compatriota estadounidense.
“Simplemente tuve que elevar la intensidad”, comentó Williams. “Ella estaba jugando con todo el corazón”.
Lo hizo. La tenista de 29 años apareció por primera vez en su carrera en los cuartos de final de un major. Para Williams, fue su 51ra aparición.
Por lo tanto, estaba consciente de qué se requería para sobrevivir.
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“Es un camino largo y pesado”, comentó Williams. “No es fácil”.
La siete veces campeona de Wimbledon perdió su saque en dos ocasiones en el primer set pese a registrar seis aces, rezagándose 3-1 y luego 4-3, pero se recuperó para llevarse el set.
Williams consiguió 81% de sus devoluciones, o 25 de 31, en ese primer set y ganó más del 50% de los puntos tanto en el primer servicio de Riske como en el segundo. Este porcentaje de devolución disminuyó un poco a 76% en el segundo parcial, pero regresó a 81% en el tercero.
Ganó el partido con un ace, su 19no del día. Williams había tenido 22 aces en las cuatro rondas anteriores.
“Estuvo muy cerca de llevarse la victoria”, comentó Williams sobre su adversaria. “Jugó con todo. No tenía nada que perder y me di cuenta que yo tampoco. Sólo necesito hacerlo mejor”.
Riske, quien en la cuarta ronda eliminó a Ashleigh Barty, primera del ranking de la WTA, no había enfrentado a Williams en el tour y disputó los cuartos de final de un torneo de Grand Slam por primera vez. Aprovechó cada oportunidad que tuvo, convirtiendo cada uno de los cinco puntos para quiebre de los que dispuso.
Williams, de 37 años, se medirá contra la 54ta del ranking de la WTA Barbora Strycova, quien avanzó a su primera semifinal de Grand Slam a los 33 años con una victoria por 7-6 (5), 6-1 sobre la británica Johanna Konta (19na preclasificada). La otra semifinal del jueves será entre la séptima cabeza de serie Simona Halep y la octava Elina Svitolina.
Halep, ex número uno del escalafón mundial y quien en 2018 ganó el Abierto de Francia, superó a Zhang Shuai por 7-6 (4), 6-1 para avanzar a las semifinales de Wimbledon por segunda vez
En la víspera, la rumana eliminó a la adolescente sensación de 15 años Cori Gauff en sets seguidos.
La ucraniana Svitolina debutará en esa ronda de cualquier torneo grande luego de superar a Karolina Muichova por 7-5, 6-4.
Tras imponerse a Riske, Williams se relajó y montó una bicicleta estática mientras sostenía a su hija de casi 2 años, Olympia, en un brazo. Posteriormente, la estadounidense se unió al británico Andy Murray para ganar su partido de segunda ronda de los dobles mixtos por parciales de 7-5, 6-3 contra Fabrice Martin y Raquel Atawo.
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Después de romper el récord de Steffi Graf con la mayor cantidad de trofeos de Grand Slam en la era profesional al conseguir su 23ero en el Abierto de Australia mientras estaba embarazada, Williams se tomó un tiempo lejos de las canchas. Desde que regresó la temporada pasada, estuvo cerca de igualar la marca de Margaret Court de 24 títulos, pero perdió la final en Wimbledon y en el U.S. Open.
La estadounidense tuvo que lidiar con lesiones y enfermedades este año, jugando únicamente 12 partidos hasta la semana pasada.
“Esta es primera vez en mucho tiempo (desde enero) que realmente me siento bien”, comentó Williams en una conferencia de prensa, mientras su hija estaba en los brazos de su agente al fondo de la habitación. “Ha sido un año realmente largo para mí, un año muy duro”.