Opinión

El país que merecemos

Lee aquí la columna del representante del Partido Independentista Puertorriqueño.

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Denis Márquez + columnista

Ha llegado la época navideña, tiempo de compartir en familia, de intercambio de regalos, de reflexionar sobre el presente y el futuro. Un nuevo año se avecina, año de mucha discusión pública y eventos electorales, de búsquedas de nuevas alternativas y esperanza para el país. Es tiempo de desear lo mejor, pero también de trabajar y luchar para ello.

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Recientemente en la Asamblea General del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), expresé un conjunto de ideas y propuestas para nuestro país, que son necesarias para reconstruir esta sociedad. Las comparto en este espacio, y reafirmo la necesidad y urgencia de estas:

Primero, iniciar un verdadero proceso de descolonización, que permitirá la expulsión de la terrible Junta de Control Fiscal y obtener los poderes necesarios de la independencia para la gran transformación socioeconómica.

La esperanza se hará realidad con un gobierno limpio, sin corrupción. Con acceso al derecho a la salud. Con una verdadera educación pública de excelencia. Que la Universidad de Puerto Rico (UPR) y sus 11 recintos cuenten con los recursos necesarios para garantizar su acceso a nuestro pueblo.

Con un detente a la violencia en contra de la niñez. Con justicia y equidad para que todas y todos amemos y nos unamos con quien queramos sin sufrir discrimen.

También, mediante la preservación, promoción y desarrollo de nuestro patrimonio cultural en todas sus formas y manifestaciones.

Además, ser ejemplo de protección contra el cambio climático, y en defensa de nuestras costas y recursos naturales. Crear una red de micro redes de energía renovable y eliminar la privatización de corporaciones públicas.

Proteger los derechos de los empleados públicos, sus salarios y sistema de retiro. Brindar los más amplios derechos a la clase trabajadora.

La protección y trato digno a nuestros adultos mayores, desarrollar una agricultura sustentable, vivienda accesible y empleos y oportunidades para nuestra juventud, para que no tengan que irse. El impulso a nuestra economía, el cooperativismo y apoyo a nuestros comerciantes y empresarios... Todo en busca de un desarrollo económico con justicia social y transparencia.

Así, convertimos el triunfo de la esperanza en una realidad con equidad, justicia social, solidaridad, amor y alegría. Es la construcción de una nueva sociedad para todos los que habitamos en esta patria y que merecemos un mejor país.

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