El pasado lunes en la noche trascendió otro video en el que un conductor fue arrestado a la fuerza por agentes de la Policía de Puerto Rico en la zona de Aguadilla. Casualmente, en esta misma zona fue arrestado, de la misma manera, otro ciudadano, mayor de edad, que también se negó a entregar documentos y a bajarse del vehículo. Algo similar ocurrió en Utuado, donde una mujer tuvo que ser sometida a la obediencia con un taser.
PUBLICIDAD
Cuando se publicaron los videos y vimos las actuaciones de los ciudadanos, estos dejaron mucho que desear, mostrando lo irresponsables que son al hacer esos espectáculos frente a niños. En los dos casos de Aguadilla vimos cómo los menores son usados como “escudos” para los adultos tratar de salirse con la suya. Los conductores se niegan a entregar documentos y seguir instrucciones de los agentes; retan la autoridad, llevándola al punto de tener que proceder con fuerza, y cuando los policías van a proceder con el siguiente nivel, levantan el grito de “¡Hay menores!, ¡hay menores!”.
¿Qué se supone que haga el policía ante ese reclamo? ¿Seguir por horas rogando que le entreguen los documentos? ¿Dejar ir por cansancio a todo conductor sin multarlo porque no quisieron entregar los documentos? Así es fácil. ¡Pues no! Esos conductores tiene que comportarse como los demás ciudadanos responsables que cumplen con las leyes de tránsito y como los que pagan sus multas por violarlas. Si no quieren someterse a los procesos, como los demás, no pueden usar a los niños como escudo para protegerse ellos. Esas cosas las vemos con los terroristas, que disparan y luego se esconden detrás de las mujeres y niños para que sus opositores no los contraataquen.
Lo que hacen estas personas usando niños para zafarse de la ley son actos vergonzosos y deplorables.
La primera línea de defensa de los niños tienen que ser sus padres, sus abuelos, sus tíos… Es más, no tiene que haber un grado de consanguinidad para uno proteger a un niño de una experiencia negativa o traumática como estas.
Esos padres del video publicado hace unos días eran los primeros que tenían que pensar en sus dos niños, en cómo podía terminar su reto a los agentes de la policía. Según iba aumentando la tensión, debieron pensar primero en los menores, pero no les importó sus niños en el momento de coraje y siguieron con su actitud temeraria, de resistencia.
¿Qué van a argumentar? ¿Que temían bajarse del vehículo a solicitud de los agentes porque se sentían inseguros y amenazados? Entonces, pregunto: ¿y no les tembló del miedo la lengua al llamarles frente a los niños “cabr…” e insultarlos constantemente?
En el caso de la joven de Utuado, huyendo de la policía se metió en un restaurante y su acompañante se fue detrás de ella y del policía para obstruir el trabajo del agente, dejando a un menor de 4 añitos solo en el carro. Solo un fanático hater se le ocurriría decir que eso fue culpa de la Policía.
Como escribí anteriormente, los documentos que le autorizan a conducir y que autorizan a un vehículo transitar por las vías públicas son del Estado, y usted tiene que cumplir con unos parámetros o, de lo contrario, se los pueden quitar. Cuando un policía le está pidiendo que entregue su licencia y la del vehículo, le está requiriendo documentos propiedad del gobierno, que es quien lo emite y que puede también cancelarlo.
Estas personas que se ponen así de altaneros y que se niegan a entregar documentos a los policías, ¿se pondrían así de guapos en aduana si le requieren el pasaporte para entrar, viniendo de un vuelo internacional? Ahí son mansitos. El pasaporte que emite el gobierno de Estados Unidos, como la licencia de conducir, es un documento del Estado y usted no puede decir que no lo va a entregar y a exigir que lo dejen entrar a la isla… Bueno, puede hacerlo, pero lo que va a lograr es que lo metan a un cuarto, le revisen hasta el alma y que no lo dejen pasar, ¡punto! Y póngase a gritar “¡Ayúdenme! ¡Ayúdenme!” a ver qué le va a pasar.
Estos padres son los únicos responsables de lo que vivieron sus hijos, no la Policía de Puerto Rico. Está bueno ya de tanto “ñe ñe ñe” con personas que con sus malos ejemplos aportan nada a tener un mejor Puerto Rico, y que lo que terminan creando en sus hijos, con sus malos ejemplos, son ciudadanos irresponsables, que se creen que están por encima de la ley de sus conciudadanos.
A la Policía de Puerto Rico, sigan haciendo su trabajo porque son muchos más los que los apoyan, respetan y reconocen el sacrificio que hacen por la seguridad de los demás.