Salud

Relatos de sobrevivientes | Saribel Matienzo: “Dejé de sobrevivir y comencé a vivir”

Mujeres comparten sus vivencias durante el complicado proceso de enfrentar un diagnóstico de cáncer.

Saribel Matienzo, sobreviviente de cáncer de mama, mira a la cámara sonriendo frente a un arbusto con flores rosadas.
Saribel Matienzo (Suministrada)

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“Desde que yo enviudé yo vivía adormecida, yo estaba sobreviviendo, no vivía con consciencia. Estaba en modo de control remoto y esta enfermedad me trajo otra vez a poner los pies en la tierra. Yo dejé de sobrevivir y comencé a vivir”, afirmó Saribel Matienzo, sobreviviente de cáncer de mama.

Saribel, de 54 años, sintió un día un dolor debajo de la axila. Al día siguiente, decidió ir al ginecólogo, donde le ordenaron una sonomamografía. Unos días después, en noviembre del 2021, recibió la noticia de que tenía cáncer de mama. El llanto inicial fue incontenible. Luego de una biopsia, le dijeron que tenía metástasis grado 4.

“Mi diagnóstico fue un Her2+”', explicó. Her2 es una proteína que provoca que las células cancerosas crezcan más rápido. “El oncólogo me dijo que el tumor era bien agresivo, por eso iba tan rápido, pero que era igual de receptivo a la quimioterapia, así que, en ese sentido, fueron buenas noticias y había esperanza de que saliera bien”, sostuvo.

Pasó por seis quimioterapias, una cada tres semanas y, aunque solo tenía un lado afectado, decidió hacerse una mastectomía bilateral. Completó el tratamiento a finales de mayo con 28 radiaciones en el seno, la axila y la clavícula, donde también tenía un nódulo. Hoy está libre de cáncer.

Saribel mencionó que lo primero que pensó cuando le dieron el diagnóstico fue: “no puedo dejar a mis niños huérfanos”.

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Eso fue lo más difícil, ver a sus dos hijos, de 24 y 27 años, tristes y asustados una vez más, pues hace siete años perdieron a su padre.

“Fue un proceso bien fuerte. Ya estamos respirando, como que es un alivio. Uno nunca vuelve a ser la misma persona que antes. Mi proceso emocional, y de todas las que pasamos por esto, te cambia la perspectiva de la vida”, indicó.

Para Saribel, lo más importante es la detección temprana y afrontar el miedo con premura.

“Cuando yo llegué a mi primera cita de quimioterapia, me conectaron al port, esos primeros medicamentos... Yo cerré mis ojos y le empecé a hablar a mi cuerpo. Le dije ‘cuerpo, perdona lo que te voy a hacer ahora, pero tienes que recibir esto porque esto nos va a sanar’. Y le dije a mis células ‘hay unas de ustedes que no corresponden en mi cuerpo, que se tienen que ir porque me están haciendo daño’. Todo eso funciona emocionalmente porque uno debe tener una mente bien positiva”, afirmó Saribel.

“Dejé de sobrevivir y comencé a vivir”

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El cáncer de seno suele estar plagado de narrativas de dolor y tragedia, y, sin duda, es un proceso de muchísimos desafíos personales y familiares. Pero también hay historias de esperanza, de amor, de liberación y de vida que bien balancean esas imágenes tradicionales.

Las historias de Saribel Matienzo, Elsa Victoria Lavergne Beauchamp y Melissa Vega son ejemplo de otras caras del cáncer. En sus respectivos procesos, estas mujeres narran cómo tomaron control sobre sus vidas, cómo triunfaron aún en tiempos grises, y cómo confiar en la voz del cuerpo y en la capacidad individual les ayudó a salvar sus vidas.

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