Mire, corregir sin explicar no tiene ni fruto, ni encanto ni propósito. Por ejemplo, el otro día alguien de los medios, en una “digresión prosaica”, regaño y acusó de disparatero a un exponente de la música urbana, y a los medios, por perpetuar el “disparate” de la “criatura” (así le llamó). No explicó ni la naturaleza ni el porqué del “error” ortográfico,en la promoción de su concierto, específicamente el tema titulado DICELO. Se limitó a regañar a regañar a la “criatura”. ¡Ay Dios! No hagamos eso. Si no explicamos, es como decirle al muchacho, cuando pregunte por qué: “PORQUE YO LO DIGO”. ¡Qué feo! ¿Me permite mi amable lector explicar el misterioso y triste asunto para disipar dudas y aprender algo en el camino? Pues voy. Hay quien escribe dícelo, con c, y hay quien escribe díselo con s. La forma escrita “morfológicamente correcta” es díselo, con S, aunque nos parezca raro, se vea extraño y hasta feo. ¿Por qué díselo se escribe con S si el verbo en su forma infinitiva es decir con c?
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Pues porque este verbo es tan travieso como irregular y, además, las palabras se componen de pequeñas piezas que cargan consigo significado y no se organizan ni a lo loco, ni como a ellas les dé la gana. Este misterio del díselo con s está ligado al significado de sus partes y para entenderlo mejor, hay que hacerle una autopsia a este verbo. ¡Vamuallá!
Primero, dí-se-lo puede separarse en tres partes que significan “algo”. Su primera parte, el mandato del verbo decir, es di-. Su segunda parte, el -se, cumple la función de pronombre, como si dijéramos “Se lo dices” y no “ce lo dices”, y finalmente la tercera parte, -lo que es el acusativo (objeto directo) de tercera persona masculino, femenino o neutro.
Ahí lo tiene: dí-se-lo (que traducido en buen castellano sería tú decir algo a él, ella, o a cualquiera). Otra forma de verlo es “te ordeno que se lo digas”. Dicho todo esto, no acusemos de disparateros a otros hablantes por cometer un error ortográfico que claramente responde a la fuerza de la analogía. Me voy más lejos, revela competencia lingüística. Un ejemplo de la misma cepa es el popular díceselo. Ese se lo explicoteo el próximo METRO JUEVES. ¡Jajajajajajaja!
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