Mollie O’Callaghan sufrió una lesión en la rodilla hace cinco semanas, algo que se describió como una dislocación y también una pequeña molestia. La australiana dijo que la dolencia le afectó al entrenarse y tuvo que modificar su cronogramas de prácticas.
Pero no se inmutó con la lesión.
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O’Callaghan, de 19 años, batió el miércoles el récord mundial en los 200 metros libre del campeonato mundial, al cronometrar 1 minuto y 52.85 segundos para eclipsar el previo registro de 1:52.98 fijado por la italiana Federica Pellegrini en 2019. Era la plusmarca que más tiempo llevaba vigente, remontándose a la era de los trajes de baño de alta tecnología que facilitaron una avalancha de récords mundiales.
“Estoy aturdida”, dijo O’Callaghan. “Nada más quería divertirme esta noche y tratar de salir contento con cualquier resultado. Irme con el récord mundial es sencillamente alucinante”.
También se llevó un cheque de 30,000 dólares, que se otorga a todos los que rompan un récord en este Mundial.
O’Callaghan rebasó a su compatriota Ariarne Titmus — ella fijó un récord mundial en los 400 libre el domingo — en los últimos 20 metros. Titmus finalizó con tiempo de 1:53.01 y Summer McIntosh, una canadiense de 16 años, se quedó con el bronce al cronometrar 1:53.65.
Esto fue lo que O’Callaghan se decía en los últimos 50 metros.
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“Ahora mismo tienes que soltarte, sin importa cuán duro sea o si te duele”, contó. “Voy a patear fuerte y si acaba última y me muera, que sea así. Al menos lo intenté”.
O’Callaghan precisó de unos cuantos minutos tras la carrera para calmarse y asimilar el momento.
“Estaba desconcertada”, dijo. “Realmente no lo explico. Fueron lágrimas de felicidad, emociones muy encontradas. Estoy muy orgullosa de haberlo logrado. Ha sido un momento inesperado”.
Titmus reconoció su frustración por quedar segunda.
“Tengo que ser bien honesta, yo quería ganar”, dijo la australiana de 22 años. “Creí que había hecho una gran carrera. No he ganado, al menos alguien de Australia quedó en lo más alto del podio.
Leon Marchand, el francés de 21 años que se perfila para ser el ídolo local en los Juegos Olímpicos de París el año próximo, añadió el oro de los 200 estilo mariposa a la presea dorada que conquistó en los 400 combinados en el primer día para romper el último récord mundial de Michael Phelps que seguía vigente. Marchand se puso al frente cuando faltaban 80 metros y cerró con un registro de 1:52.43.
El polaco Krzysztof Chmielewski se llevó la plata con 1:53.62 y Tomoru Honda le dio a la anfitriona Japón su segundo bronce de este Mundial con 1:53.66.
Kristof Milak, el húngaro que posee el récord mundial de los 200 mariposa y campeón olímpico en Tokio, se saltó este Mundial por lo que describió como agotamiento físico y mental.
El tunecino Ahmed Hafnaoui se impuso en los 800 libre al cronometrar 7:37.00, dejando al australiano Sam Short como segundo con 7:37.76. El estadounidense Bobby Fink se llevó el bronce 7:38.67.
Hafnaoui, el campeón olímpico de los 400, se desquitó tras haber sido superado por Short en esa prueba previamente en el Mundial.
El chino Qin Haiyang atrapó su segundo oro, imponiéndose en los 50 pecho tras haber ganado los 100. El estadounidense Nic Fink se quedó con la plata con 26.59 y el chino Sun Jiajun atrapó el bronce con 26.79. Los 50 pecho no forman parte del programa olímpico.
China también ganó el relevo 4x100 mixto gracias a una excelente posta de Qin, llevándose el oro con 3:38.57. Australia (3:39.03) y Estados Unidos (3:40.19) completaron el podio.