En Puerto Rico, el arroz con gandules no es solo un plato: es tradición, identidad y punto de encuentro en la mesa, especialmente durante la Nochebuena.
Aunque el método clásico en caldero sigue siendo el favorito de muchos, la olla arrocera se ha convertido en una alternativa práctica para quienes buscan consistencia y menos complicaciones sin sacrificar sabor.
Cómo hacer arroz con gandules en olla arrocera
La clave para un buen arroz con gandules en olla arrocera está en respetar las proporciones y el sofrito. El proceso comienza de forma similar al método tradicional: sofrito, aceite y sazón.
En la olla arrocera se sofríe ligeramente el sofrito con aceite, jamón o tocineta (opcional), sazón, aceitunas, alcaparras y un toque de pasta de tomate. Luego se añaden los gandules, el arroz y el líquido —preferiblemente caldo o agua con achiote— cuidando no excederse para evitar un arroz pastoso. Se mezcla bien, se tapa y se deja cocinar sin mover, permitiendo que el calor uniforme haga su trabajo.
El resultado es un arroz suelto, de sabor balanceado y con los gandules bien integrados, ideal para quienes desean un método más controlado, práctico y confiable.
La diferencia de hacerlo en caldero
Preparar arroz con gandules en caldero es, para muchos, la forma más tradicional y emocional de hacerlo. Este método permite un control más directo del fuego y del proceso de cocción, logrando un sabor más profundo y una textura más marcada.
En el caldero, el sofrito se cocina hasta soltar todo su aroma, el líquido hierve y se reduce poco a poco, y el arroz se seca gradualmente, permitiendo que cada grano absorba mejor los sabores. Este proceso favorece la evaporación y da paso al codiciado pegao, esa capa dorada y crujiente en el fondo que no se consigue de la misma manera en la olla arrocera.
Además, el caldero exige atención y experiencia: saber cuándo bajar el fuego, cuándo tapar y cómo manejar el hervor. Es una técnica más artesanal, heredada de generación en generación, que conecta con la cocina de abuela y con la esencia de la Navidad puertorriqueña.
¿Cuál es mejor?
No se trata de cuál método es superior, sino de qué necesitas y cómo celebras. La olla arrocera ofrece practicidad y resultados consistentes; el caldero aporta carácter, tradición y ese sabor intenso que muchos consideran indispensable. En ambos casos, el arroz con gandules sigue siendo el alma de la mesa navideña.

