Veuve Clicquot presentó en la isla La Grande Dame 2018, la más reciente edición de su cuvée de prestigio, una expresión que celebra la elegancia, precisión y carácter que han distinguido a la Maison desde 1772. La añada, excepcionalmente equilibrada, rinde homenaje a la filosofía enológica de Madame Clicquot y a su pasión por el Pinot Noir, la uva que consideraba capaz de crear “los vinos blancos más finos”.
Con una composición de 90% Pinot Noir y 10% Chardonnay, La Grande Dame 2018 se distingue por su armonía entre estructura, frescura y delicadeza aromática. El resultado es un champagne vibrante, profundo y luminoso, cuyo perfil refleja más de dos siglos de maestría en la interpretación del terruño de Champagne. El Cellar Master de la Maison, Didier Mariotti, describe esta cosecha como una añada “precisa”, marcada por la tensión mineral, la energía en boca y un bouquet que conjuga notas cítricas como limón, yuzu y lima con frutas blancas y matices florales.
El año 2018 estuvo definido por contrastes climáticos: un invierno intensamente lluvioso seguido de un verano cálido y generoso, condiciones que favorecieron una vendimia sobresaliente. Ese equilibrio natural se traduce en una expresión refinada que evoluciona de forma elegante en copa y deja un final de pureza y sutileza.
Fiel al espíritu audaz de Madame Clicquot, la nueva edición llega con una identidad visual renovada. El emblemático amarillo Clicquot cobra protagonismo en un diseño contemporáneo que resalta optimismo y modernidad. El estuche, elaborado con papel que incorpora 60% de biomasa de cáñamo, refleja el compromiso de la Maison con la sostenibilidad y añade un toque distintivo con una cinta personalizable, pensada para obsequios y celebraciones especiales.
La Grande Dame 2018 también establece un puente natural con la escena gastronómica de Puerto Rico, donde los chefs fusionan técnicas globales con ingredientes locales. Su frescura y precisión encuentran afinidad con los sabores del archipiélago, desde pescados del Caribe preparados con cítricos o acentos nikkei, hasta mariscos, crudos y platos que resaltan raíces y productos agrícolas de textura dulce y perfil terroso. Su mineralidad realza postres elaborados con frutos tropicales como la parcha, la guanábana y el mango, convirtiéndose en un compañero ideal para menús de degustación, propuestas estacionales y experiencias de alta gastronomía en la isla.
La Grande Dame 2018 llega así como una celebración de la visión de Madame Clicquot y como una invitación a descubrir —o redescubrir— la precisión y el espíritu innovador que continúan definiendo a Veuve Clicquot en pleno siglo XXI.