Desconocidos prendieron fuego y destruyeron el lunes una estatua de un hombre indígena con un falo gigante erigida a inicios de enero en un municipio peruano donde floreció una cultura preinca famosa por sus ceramios con abundantes escenas de actos sexuales.
En Perú se le dice “ceramio” o “huaco” a una pieza de arcilla, usualmente en forma de vasija producida por alguna cultura prehispánica del territorio, que usualmente han sido encontradas en tumbas o sepulcros.
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César Fernández, alcalde de Moche, un municipio ubicado en la costa norte del Pacífico, dijo a periodistas que desconocidos amenazaron con pistolas a los guardias de seguridad que resguardan la estatua y luego arrojaron dos bombas molotov que consumieron la obra de arte construida con fibra de vidrio. La estatua ya había sido vandalizada el 5 enero cuando desconocidos le rompieron parte del pene, pero fue reconstruida poco después.
Fernández indicó que presume que el ataque tuvo motivos políticos. Los atacantes dejaron una manta escrita con tinta negra donde decía “César Fernández no uses nuestra cultura con fines políticos”.
La estatua de tres metros de alto, con un falo erecto de 1,5 metros, es la réplica de un pequeño ceramio elaborado por alfareros de la cultura preinca llamada Mochica que se desarrolló entre los siglos II y VII después de Cristo.
Los expertos afirman que los miembros de la cultura Mochica —que se desarrolló sobre uno de los territorios más secos del planeta al que transformaron en terreno agrícola gracias a sus conocimiento de hidráulica y de riego— relacionaban las actividades sexuales con la fecundidad de la tierra.
A inicios de enero, el alcalde dijo a The Associated Press que “en la cultura Mochica tenían otra idea de lo que es el huaco (ceramio), no era erótico como lo entendemos, sino era una expresión de la cercanía, del agradecimiento a los dioses por la abundancia que provocaba el agua en las tierras en medio de las dificultades”.
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Según los estudiosos, existen miles de ceramios donde se representan las más diversas escenas sexuales. A mediados del siglo pasado, los menores de edad estaban prohibidos de ingresar a observar estos ceramios en algunos museos peruanos. Los Mochica también fueron expertos en realizar vasijas cerámicas de retratos humanos con enorme realismo en diversas expresiones y estados de ánimo.
Desde que la estatua fue erigida el primer día de 2022 en Moche, la ciudad norteña peruana, cientos de visitantes se han retratado junto a ella y la han difundido a través de las redes sociales.
El alcalde dijo a la AP que planeaba realizar otras nueve estatuas gigantes inspiradas en otros ceramios eróticos elaboradas por sus antiguos vecinos que vivieron en el mismo territorio hace miles de años. Esta mañana dijo a periodistas que planea pedir ayuda a empresarios para erigir una decena de estatuas y colocarlas en diversos lugares de su municipio.